Oficialmente se ha presentado como un proyecto de investigación marina en aguas de Baleares mediante la controvertida técnica de las prospecciones sísmicas. Su finalidad es, según aseguran los promotores, evaluar el depósito salino gigante más grande y joven de la Tierra: la capa de sal del mioceno superior de la cuenca mediterránea. Incluso el organismo que lo impulsa, el Istituto Nazionale di Oceanografia e di Geofisica Sperimentale (INOGS) de Trieste, en Italia, ha avalado con su nombre ese perfil de apariencia científica.

Pero todos esos argumentos no han impedido que el Gobierno haya decidido finalmente someter el proyecto a la revisión ambiental más dura que prevé la legislación española, y no a un mero trámite de evaluación simplificada (corta y con pocos estudios) como pedían los promotores, porque el Ejecutivo reconoce que "es previsible" que las prospecciones "vayan a producir impactos adversos significativos" sobre el ecosistema marino.

TSUNAMI DE ALEGACIONES

La resolución, que se ha publicado este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE), ha llegado después de que el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente haya recibido un 'tsunami' de alegaciones procedentes del Gobierno balear, el Consell Insular de Formentera, la organización ecologista WWF España y la asociación Aliança Mar Blava, que desde hace años lucha activamente contra el rosario de proyectos semejantes que diferentes compañías petrolíferas quieren impulsar en aguas próximas al archipiélago balear y a la costa catalana.

Según la documentación que los impulsores del Medsalt-2 presentaron al Gobierno, los sondeos se llevarán a cabo en un área marina comprendida entre las islas de Ibiza y Mallorca y al sureste de Ibiza y Formentera, a una profundidad de entre 100 y 2.800 metros.

Formalmente, la iniciativa tiene como objetivo obtener una imagen sísmica del fondo marino a través de una campaña de bombardeos sísmicos de nueve días de duración, en la que se barrerá una longitud de casi 1.500 kilómetros utilizando cañones de aire comprimido que emitirían disparos de un nivel sonoro de entre 205 y 242 decibelios.

Ese mapa acústico servirá, según el INOGS, para investigar el depósito salino en el Mediterráneo con el fin de predecir y determinar las áreas con potenciales riesgos geológicos y las consecuencias de estos.

INTERÉS DE LAS PETROLERAS

Unos objetivos loables pero que, sin embargo, han levantado las sospechas de la Administración balear y los grupos conservacionistas por su coincidencia geográfica con otro gran proyecto de búsqueda de hidrocarburos impulsado por la compañía especializada en prospecciones de hidrocarburos Spectrum Geo Limited.

Carlos Bravo, coordinador técnico de Aliança Mar Blava, ha explicado que su organización ha hallado documentos de un organismo de apoyo a la investigación europea respaldado por Bruselas (denominado COST) en el que se reconoce abiertamente que siete compañías petrolíferas ya “han expresado por escrito su interés” por el proyecto.

"Además -añade Bravo-, es de sobras conocido el interés de la industria del petróleo por esas formaciones geológicas salinas, por existir en ellas la posibilidad de encontrar importantes bolsas de hidrocarburos".