Un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Washington y la Universidad de Londres y publicado en la revista Astrobiology sostiene que hubo un periodo en que la Luna reunió las condiciones necesarias para ser habitable. Es decir, hace millones de años el satélite pudo albergar formas de vida simple.

Los investigadores definen dos «ventanas temporales» en las que la vida lunar pudo haber florecido. En primer lugar, justo tras la formación del satélite hace 4.000 millones de años. Y más adelante, en su etapa de intensa actividad volcánica ocurrida hace unos 3,5 mil millones de años. Durante estas periodos, la Luna habría albergado grandes cantidades de gases volátiles sobrecalentados, como es el caso del vapor de agua, que posteriormente se habrían podido condensar en agua líquida sobre la superficie lunar. Todo ello bajo el amparo de «una atmósfera lo suficientemente densa como para mantenerla allí durante millones de años» y un «campo magnético que podría haber protegido formas de vida».

Si hasta ahora siempre se pensaba que la Luna era un lugar inerte es, en gran parte, por su árido suelo rocoso. Sin embargo, según apuntan los astrobiólogos y autores de este nuevo estudio Schulze-Makuch y Crawford, el satélite terrestre «no está tan seco», lo que abriría nuevas posibilidades para el estudio de la «vida lunar». Este nuevo planteamiento se basa en los resultados obtenidos tras las recientes misiones espaciales realizadas en la Luna, tras las cuales se han podido analizar directamente muestras de roca y constatar la presencia de hielo en el suelo de satélite.