Las iglesias protestantes arrancan hoy la conmemoración del 500 aniversario de la Reforma promovida por Lutero. El 31 de octubre de 1517, el que entonces era un monje católico agustino colgó en la iglesia del Palacio de Wittenberg las llamadas 95 Tesis. Los argumentos de un teólogo para criticar las indulgencias se convirtieron en un programa de reforma de la Iglesia católica que acabó con un cisma. Aquel acto de Lutero marcó la posterior historia europea, tanto en el plano religioso como en el político, el económico y el cultural. La historia de las 95 tesis sintetiza los cambios que significaron el paso del mundo medieval a la Modernidad.

RÉGIMEN CORRUPTO // El origen de la protesta de Lutero tuvo mucho que ver con el grado de corrupción que reinaba en el siglo XVI en un régimen basado en la unidad entre el papado y el imperio. Lutero concentró sus críticas en las llamadas indulgencias. En la doctrina católica, el Papa se había autoasignado el privilegio de eximir a los creyentes del cumplimiento de los castigos derivados de la absolución en la confesión. Este mecanismo que Lutero consideró alejado de las enseñanzas de la Biblia se convirtió en una máquina de recaudar dinero desde el mismo Vaticano y desde las monarquías que se mantenían fieles y sumisas a Roma.

Lutero denunció ese abuso y la mentira que se escondía tras él: no había criterio teológico que sustentara la emisión indiscriminada de indulgencias que solo respondía a un afán recaudatorio que se aprovechaba de la buena fe de fieles católicos y que se había convertido más en un estímulo al pecado que en un mecanismo de control social. En última instancia, el Papa, con las indulgencias, beneficiaba más al pecador que al santo. Las indulgencias eran la ejemplificación a los ojos de la gente sencilla de la decadencia del poder medieval gestionado por lo que hoy llamaríamos una casta corrupta.

Este hartazgo de muchos europeos con los abusos de la alianza entre el cetro y la mitra, entre el Papa y el emperador, alentaron la rápida difusión de las 95 tesis. Fueron traducidas rápidamente al alemán y se llevaron a imprenta. Por primera vez en la historia, una revolución avanzó gracias a la imprenta inventada por Gütemberg unas décadas antes. En pocos meses, un tiempo que hoy parecería una eternidad pero que entonces era un prodigio, las tesis de Lutero circularon por todo el continente aunque corrieron una suerte desigual. Calaron hondo en lo que es la actual Alemania y en su zona de influencia a través del Danubio hacia el Este, en una parte de los Países Bajos, Suiza, Escandinavia y el norte de Francia.

La reforma de Lutero, a la que más tarde se sumaron las ideas de Calvino, acabó con el monopolio político de la Iglesia católica y desmembró el imperio, dando paso traumáticamente a la proliferación de iglesias nacionales y de estados nacionales. Y ello en un proceso no exento de guerras y enfrentamientos, el más importante de los cuales fue sin duda la Guerra de los Treinta Años. Europa perdió entonces una unidad que no recuperó hasta la creación de la Unión Europea más de cuatro siglos después.

PRELUDIO DE LA MODERNIDAD // La reforma de Lutero fue un cisma religioso, le expulsaron de la Iglesia católica, lo persiguieron e intentaron impedir el despliegue de su doctrina y organización de sus seguidores. El resultado fue la contrarreforma del concilio de Trento que en lugar de dar paso a la regeneración que exigían las denuncias de Lutero, supuso una cerrazón que dejó a Roma fuera de la historia hasta el concilio Vaticano II celebrado ya entrado el siglo XX.

Porque la reforma protestante fue un preludio imprescindible de la Modernidad fraguada entorno a la Ilustración, la revolución industrial y la Revolución Francesa.

Desgraciadamente, España quedó al margen del impulso modernizador de toda esta reforma protestante. Todos los seguidores de Lutero vivieron todo tipo de persecuciones hasta bien entrado el pasado siglo XX. La figura de Lutero sigue siendo todavía desconocida para capas muy amplias de la sociedad de hoy en día y la libertad religiosa no ha ido acompañada de un reconocimiento al compromiso que históricamente han tenido los protestantes en España junto con la democracia, el progreso y toda la modernización. H