Sant Cugat y Cerdanyola, en Barcelona, reunieron ayer al mediodía a decenas de personas ante sus ayuntamientos para rendir homenaje a los tres alpinistas vecinos de estas localidades que el domingo perdieron la vida en los Andes peruanos. Los jóvenes descendían de la cima del nevado Mateo cuando al parecer uno de ellos se cayó y arrastró al resto del equipo que avanzaba unido en una cordada. El accidente provocó un alud que sepultó a los montañeros. Cuatro de los integrantes de la expedición --dos vecinos de Sant Cugat, uno de Cerdanyola y el guía, natural de Perú-- perecieron, mientras que un quinto integrante, vecino de Cerdanyola, sobrevivió y logró avisar a los equipos de emergencia.

Los dos fallecidos de Sant Cugat son Sergi Porteros Villar y Adrià Sanjuán Perelló. La víctima de Cerdanyola es Gerard Borrull Regal. Los tres tenían 26 años. El cuarto fallecido es el guía de montaña peruano Rubén Darío Alba. Los dos ayuntamientos realizaron cinco minutos de silencio en recuerdo de los accidentados y decretaron un día de luto. El de Sant Cugat activó además los servicios de ayuda psicológica para atender a los familiares y amigos de los jóvenes fallecidos.

La Federación de Entidades Excursionistas de Cataluña (FEEC) atribuye al cambio climático este accidente en los Andes. «Los Andes han cambiado mucho. Antes se optaba por las cornisas porque eran rutas más lógicas y seguras. Pero las cornisas van desapareciendo y las rutas se están convirtiendo en peligrosas», explicó su presidente, Jordi Merino.