El promotor Antoni Mas Samora, dueño de empresas de publicidad y de organización de conciertos, captó con el anzuelo de facturas falsas a grandes inversores, constructoras, abogados y deportistas de élite (por ejemplo, el expiloto de motos Sete Gibernau), así como a financieros rusos y suizos, en una estafa piramidal que supera los 200 millones de euros. Así lo confesó el mismo ‘Madoff catalán’ el 6 de junio ante los Mossos d’Esquadra. Días antes, y al temer por su vida, había decidido entregar a la policía tres escritos autoinculpatorios donde detalla el engaño y las personas perjudicadas. Al menos, según ha admitido, ha recibido fondos de España y de otros ocho paÍses, tres de ellos, Andorra, Luxemburgo y Suiza, considerados paraísos fiscales.

A través de intermediarios, logró convencer a personas con buena posición económica o grupos empresariales para que invirtieran con él en la compra de espacios publicitarios que aparentemente habían sido vendidos a grandes compañías, como Repsol o Coca-Cola. Pero todo era falso. El interés que habitualmente prometía era del 60% anual, aunque, en algunos casos, llegó hasta el 80%, según fuentes conocedoras de la investigación. La posibilidad de obtener grandes ganancias a través de circuítos no convenciales pudo llevar hasta mas fondos opacos, según ha declarado fuentes financieras consultadas.

CARRUSEL DE FACTURAS

Mas, que está en libertad, confesó a los Mossos la operativa fraudulenta. Sin embargo, negó que fuera una estafa piramidal, sino “como mucho un carrusel de facturas”, a la vez que reconoció que “nunca hubiera pensado” que sería tan fácil obtener dinero de la sociedades de inversión, como Finalter, uno de los denunciantes, que estaba asesorada por el despacho de abogados Cuatrecasas. El empresario sostuvo en su declaración, incluso, que para los inversores eran “muy cómodo” cobrar trimestralmente unos intereses “realmente muy elevados, totalmente fuera y muy por encima de las condiciones normales de mercado”.

Pero es que Mas daba apariencia de legalidad a todas sus operaciones. Las facturas, que aparecen firmadas y con el sello de grandes compañías, iban acompañadas de un acta notarial. Eso hacía creíble su proyecto y le permitía captar inversores. A la mayoría de ellos, en especial los de fuera de Catalunya, no los conocía. El ‘Madof catalán’ ha llegado a decir que algunos de ellos tienen un “estatus y conocimientos muy altos sobre negocios y finanzas”. Y es que en la lista de afectados hay abogados y personas de negocios, así como grandes constructoras o propietarios de restaurantes. También aparece como perjudicado el expiloto de motos Sete Gibernau, inversor que le llegó, según palabras de Mas, a través de su exsocioLuis Pascual Franquesa, hijo del exjuez Lluis Pascual Estevill.

Entre los inversores de la trama figura el financiero suizo David Grebler, conocido en este país por ser el beneficiario de la venta de Multinacional Aseguradora (MNA) a Caixa Catalunya en febrero de 1995 a través de una empresa instrumental suiza. De hecho, la fiscalía se querelló contra Grebler; el exdirector general de la caja catalana, Francesc Costabella; el exdirector general adjunto, Carles Monreal; y el exsecretario del consejo de MNA, Carles Ferrer. Una parte de las operaciones de Grebler con Mas han sido en este caso coordinadas por este último, en calidad de abogado de Grebler. La empresa instrumental de Grebeler Scaninvestment Service compró el 44% del capital de MNA a accionistas españoles y revendió dos meses después esas acciones a Caixa Catalunya por un precio ocho veces superior.

DINERO EN ANDORRA

Mas relata en su autoinculpación que una de las empresas de Grebler, Right Oportunity, fue constituida en Luxemburgo para evitar pagar impuestos en España de operaciones de inversión. Destaca también que Right Oportunity está siendo investigada por la Comision de Prevención de Blanqueo de Capitales. El promotor musical afirma que el “origen” del dinero de Grebler está en una cuenta de la Banca Privada de Andorra (BPA). Este financiero habría aportado 20 millones de euros, de los que se le han devuelto 18 millones.

Entre los afectados figura a título individual Joan Hortalà, hijo del presidente de la Bolsa de Barcelona y de una de los accionistas de GVC Gaesco. Hortalà invirtió 400.000 euros en el negocio fantasma de Mas, y es uno de los inversores que no han recuperado su aportación a Publiolimpia. El promotor musical detalla en su declaración cómo captaba a inversores extranjeros, como franceses, daneses y rusos, y españoles. También hay afectados en Asturias, Sevilla y Valencia. Algunos de ellos ya han puesto denuncias ante la fiscalía o en el juzgado.

Especial hincapié hace Mas en su declaración en el dinero que recibió de inversores rusos, a los que conoció a través de un notario vinculado a un club de fútbol catalán y del presidente de una entidad relacionada con este país. Uno de esos empresarios, Valdimir S., llegó a aportar dos millones de euros a una sociedad de Mas que estaba inactiva (Medios de Comunicación ATA). El 'Madoff catalán' declaró ante los Mossos que desconocía el origen de los fondos, pero que el inversor ruso le manifestó que "eran legales". Sin embargo, precisa que Vladimir S. recibió cinco millones de euros en una cuenta y, como "no puede justificar el origen del dinero", transfirió esta cantidad a otra cuenta.

Fuentes cercanas al investigado afirman que existe una gran confusión de conceptos y de hechos, y que las cantidades a las que se alude, distan mucho, por no decir en su totalidad, de la realidad. En ese sentido, defienden que Mas no se ha quedado con nada.