El ayuntamiento encabezado por Manuela Carmena mantiene su ofensiva contra los altos niveles de contaminación que superan de modo reiterado los límites marcados por las directivas europeas. Este miércoles ha presentado el borrador de un plan de calidad del aire que, entre otras medidas, propone limitar a 70 kilómetros por hora la velocidad máxima en las autovías de acceso a la ciudad y en la M-30.

Con la nueva propuesta, Madrid convertiría en permanente y extendería al resto de vías rápidas una de las medidas activadas por el protocolo para episodios de alta contaminación que el pasado domingo y el lunes limitó a 70 km/h la velocidad máxima en la M-30.

LA VELOCIDAD QUE MENOS CONTAMINA

“Para reducir la contaminación de modo estable hay que tomar medidas estructurales y 70 km/h es la velocidad a la que menos se contamina”, ha argumentado Carlos Corral, subdirector de Movilidad Sostenible del Ayuntamiento de Madrid durante la presentación del plan.

En situación normal, la velocidad máxima de la M-30 es de 90 km/h, salvo en algunos pequeños tramos, mientras que en la mayoría de la entradas se permite circular hasta 100 km/h o 110 km/h aunque en algún caso baje a 90 km/h (A-1) o incluso 70 km/h (A-5).

Toda la M-30 discurre por el interior del municipio de Madrid y ahí no hay un problema de competencias, pero para aplicar la medida al resto de accesos en algo más que los últimos kilómetros se requeriría el acuerdo de la Comunidad de Madrid y sobre todo del Ministerio de Fomento y la Dirección General de Tráfico que no parecen estar por la labor de colaborar en reducciones de velocidad. Las propuestas en el borrador del nuevo Reglamento de Circulación quedaron archivadas en un cajón.

CONTROL CON CÁMARAS

Otra propuesta incluida en el borrador que tendrá un fuerte impacto es la creación de una gran área a la que solo podrán acceder los vehículos de las personas que residan en su interior. El equipo de Manuela Carmena ya heredó tres áreas de este tipo (Cortes, Embajadores y Letras) y añadió una cuarta (Ópera), pero lo que se propone ahora es más que duplicar la superficie restringida, abarcando toda la zona incluida dentro de los bulevares, los paseos de Recoletos, Prado y las rondas. Todo el corazón de la ciudad madrileña.

El sistema de control para evitar la intrusión de coches no autorizados funciona a través de cámaras situadas en las entradas de la calles que captan las matrículas y multan a los infractores. Es un modelo aplicado por varias ciudades europeas. Pese a los ecologistas lo consideran “demasiado costoso” se ha demostrado más eficaz que las barreras físicas instaladas en algunas calles de Barcelona y que luego fueron eliminadas. En el interior de la zona solo se permite el acceso de peatones, bicicletas, motos, transporte público y vehículos de sin emisiones contaminantes.

RECHAZO DE ESPERANZA AGUIRRE

Como era de esperar, el grupo municipal popular, encabezado por Esperanza Aguirre, ha mostrado de inmediato su rechazo tanto a los nuevos límites de velocidad como a la gran “área de prioridad peatonal”, al considerar que ambas medidas "bloquearán el acceso de los ciudadanos a la almendra central".

También CiU en su día reaccionó en Catalunya con dureza contra decisión de bajar los límites a 80, tomada por la Conselleria d'Interior, encabezada entonces por Joan Saura, de Iniciativa per Catalunya. Los argumentos esgrimidos por el ecosocialista eran muy parecidos a los que utiliza Ahora Madrid, la coalición que gobierna el ayuntamiento de la capital de España.

“Se trata de evitar las miles de muertes prematuras anuales que causan la contaminación, situándola por debajo de lo que marca la Unión Europea. Cuando lo logremos anularemos el límite de 80”, señalaba en el 2009 el ‘conseller’ ante los reproches de una oposición que se hacía eco de las quejas de los conductores.

Un año después, en el 2010, la Generalitat, con el convergente Felip Puig como titular de Interior, derogaba la medida sin que el área metropolitana de Barcelona llegara a cumplir las directivas europeas. Ahora solo se baja la velocidad de los accesos a 80 km/h en los episodios de alta contaminación.

30 medidas sujetas a debate

El borrador del plan madrileño está integrado por un total de 30 medidas sujetas aún a debate ciudadano y con distintos grados de aplicación. Algunas ya están en marcha y otras, como la de los 70 kilómetros por hora, ni siquiera tienen adjudicado un calendario de aplicación.

Varias de las ideas propuestas por los responsables de Ahora Madrid inciden en cuestiones en la que otras ciudades como Barcelona llevan muchos años de delantera, como la generalización de los carriles bici, llevar el 'bicing' y las zonas verdes de aparcamiento más allá del centro de la ciudad, la reducción de carriles destinados al coche en las grandes vías o la creación en el interior de la ciudad de las denominadas zonas 30, donde la velocidad esta limitada a esta cifra.

Como reconoció la delegada de Medio Ambiente y Movilidad Sosenible, Inés Sabanés, "durante décadas el Ayuntamiento de Madrid no ha afrontado la mejora de la calidad del aire" y aunque aprobara en el pasado algunas normativas como el primitivo protocolo para episodios de alta contaminación, nunca llegó a aplicarlas.