Cuando subió al estrado a defender como diputada la posición de Compromís en el debate sobre el acoso escolar, nadie sabía que Marian Campello (Elx, 1987) iba a acabar deslizando: “Lo digo por experiencia”. Y a mostrar las palmas de sus manos con un mensaje escrito: “Stop bullying”.

Así acabó su intervención durante la proposición no de ley de medidas de prevención contra el acoso escolar en Les Corts Valencianes hace un par de semanas la chica que, con 12 años, comenzó a sufrir un maltrato que por entonces no tenía ni nombre. Cuando le asignaron el tema como miembro de la Comisión de Educación, en su partido no sabían que ella había sido víctima. Y no pensaba enfocarlo desde el punto de vista personal, cuenta Campello, pero a última hora decidió usar ese altavoz para dejar claro a las víctimas que no están solas.

Todo empezó en su colegio del barrio del Carrús de Elx, en sexto de Primaria, cuando intentó mediar para que una niña “que ejercía de líder” dejara de insultar a otras dos. “Vi que no se estaba haciendo nada contra una injusticia y, a partir de ahí, me convertí en el punto de mira”, relata Campello. En su caso no faltaron las reuniones. Con los profesores y con los padres de la agresora. Pero entonces el bullying “no tenía nombre” y “no existían las herramientas de ahora”, reflexiona. H