“La noticia no es que una mujer de 64 años dé a luz [a gemelos tras una fecundación ‘in vitro’]. La noticia es que esa mujer haya sido tratada por un médico para ser madre a esa edad y encima se celebre como un logro. Es indignante”, sostiene la doctora Anna Veiga,directora de I+D del equipo del Servicio de Medicina de la Reproducción de Salud de la Mujer Dexeus, que participó en el equipo que hizo posible el nacimiento del primer bebé probeta español, Victoria Anna, y la introducción de la FIV en España.

Esta mañana, con la presencia de la primera niña probeta del mundo,Louise Brown, y la primera de España, Victoria Anna Perea, se ha presentado un informe del centro Salud de la Mujer Dexeus que subraya el cambio radical que ha experimentado el perfil de las pacientes de reproducción asistida a causa del retraso de la maternidad y los cambios sociales.

Más de la mitad de las mujeres que recurren a la reproducción asistida supera los 40 años. "De acuerdo con nuestro registro histórico, de 1995 a 2016 la edad media de las pacientes de reproducción asistida ha pasado de 35 a 39 años, y más de la mitad ya supera los 40", ha informado el director del centro, el doctor Pedro N. Barri, que además ha indicado que más del 30% de los ciclos de fecundación in vitro (FIV) precisan diagnóstico genético implantacional para descartar alteraciones cromosómicas en el embrión, debido a una edad materna avanzada.

CONGELACIÓN DE ÓVULOS

Aunque sigue siendo una práctica poco extendida, crece progresivamente el número de mujeres que optan por congelar sus óvulos para preservar la fertilidad: desde el 2009, se ha multiplicado por diez.

"En nuestro centro, un 40% de las mujeres que realizan una FIV requieren óvulos de una donante, y, según los últimos datos publicados por la European Society of Human Reproduction and Embryology (ESHRE), España es el país europeo que realiza más tratamientos de ovodonación, representando casi el 50% de todos los que se realizan en Europa", ha destacado el doctor Barri.

El retraso de la maternidad es una tendencia en alza en España y, a diferencia de otros países de Europa, donde la legislación es más restrictiva, la actual ley española de 14/2006 en materia de reproducción asistida permite acceder a estas técnicas a mujeres sin pareja, matrimonios heterosexuales y homosexuales (femeninos), y parejas de hecho heterosexuales, y no solo por problemas de fertilidad, sino como método de planificación familiar, ya que en España es posible recurrir a la donación de óvulos y esperma, así como congelar óvulos con antelación para aplazar la maternidad.

Este hecho ha aumentado la demanda de tratamientos de reproducción asistida en nuestro país -en 2014 se llevaron a cabo 116.000 ciclos de fecundación in vitro (FIV), la cifra más alta de tratamientos publicada hasta ahora en Europa, según la Sociedad Española de Fertilidad (SEF)-, y ha provocado “un cambio radical en el perfil de las pacientes que recurren a estas técnicas en España, así como en los motivos que les llevan a hacerlo”, explica el doctor Pedro N. Barri.