El nicaragüense Adrián José Guerrero Echeverri, de 38 años y quien padece un trastorno óseo conocido popularmente como enanismo, se declaró este viernes culpable de haber asesinado a sus padres septuagenarios el pasado 17 de noviembre con la complicidad de su pareja.

Guerrero Echeverri y Nidia Patricia Quintana admitieron su culpabilidad ante una jueza en Managua por los delitos de parricidio, asesinato agravado y robo con intimidación agravado en perjuicio del padre, Guillermo Adrián Guerrero Espinoza, de 73 años, y la madre, Sonia Marlen Echeverry Mendieta, de 72.

Según el Ministerio Público y la Policía Nacional, el asesino confeso, que se moviliza en silla de ruedas, y su pareja, de 26 años, son los autores del doble crimen.

El parricida, en presencia de sus dos hermanos que estaban en la sala del juicio, aceptó haber pedido a su mujer que llegara hasta la casa donde él vivía junto con sus padres y que allí, de común acuerdo, procedieron a desconectar todo el dispositivo de cámaras de seguridad para luego asesinarlos.

La pareja de septuagenarios fue acuchillada cerca de la medianoche del 17 de noviembre de 2019 en su vivienda del nuevo centro de Managua.

Los cuerpos de las víctimas fueron encontrados en bolsos que dejaron escondidos dentro de dos armarios roperos, según sus vecinos.

Como parte de las pruebas en el juicio, la Fiscalía presentó testigos, videos de la escena del crimen y las compras que hicieron con las tarjetas de crédito y débito de los asesinados.

Las autoridades detuvieron a ambos sospechosos en un hotel de Managua, donde habían hecho uso de una de las tarjetas de crédito de las víctimas, que tenían un límite de 10.000 dólares.

Según la Policía, para cometer el crimen golpearon a los padres de Guerrero Echeverri con un tubo metálico en la cabeza, posteriormente los apuñalaron con navajas, luego los asfixiaron con una almohada, y finalmente los cubrieron con plástico negro y los metieron en los armarios.

Además, la pareja ahora juzgada robó las tarjetas de crédito, joyas y cerca de 200 dólares (menos de 200 euros) antes de huir en un automóvil propiedad de las víctimas que tenían estacionado en el hotel en el que se alojaron.

En el juicio, el Ministerio Público solicitó para el acusado la pena de 25 años de prisión por cada uno de los asesinatos, más 7 años por el delito de robo; y para la mujer, 30 años por cada asesinato, y 7 años por robo, para un total de 67 años.