En el 2050, el 50% de la población mundial será miope por el «exceso» del uso de la visión de cerca, señala la especialista en oftalmología pediátrica del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), Ana Wert, con motivo de celebrarse el Día Mundial de la Visión.

La miopía es un defecto refractivo común entre niños y jóvenes, que suele aparecer en edad académica y progresa hasta la edad adulta, y que está atravesando un crecimiento «exponencial» ya que, según datos de IAPB en el 2010 un 28% de la población mundial era miope.

«El exceso de visión próxima provoca una miopización progresiva de la sociedad, ya que utilizamos poco la visión de lejos. Tanto para el ocio como para las responsabilidades escolares y laborales, pasamos la mayor parte del tiempo en espacios cerrados, con luz artificial y haciendo uso de dispositivos móviles y otras pantallas, lo que favorece la aparición de miopías que generalmente son funcionales», comenta.

De hecho, esta tendencia se ha reflejado también en las consultas del IMOP donde, en el último año, se ha disparado en un 38% el número de miopes respecto al año anterior. Asimismo, dado el componente hereditario de este defecto refractivo, también aumentan «muy significativamente» los pacientes con alta miopía, cuyo incremento en IMO ha sido del 146% entre 2016 y 2017.

A nivel global, esta enfermedad afecta hoy a cerca de 400.000 millones de personas en el mundo (15% de los miopes) y en unas tres décadas llegará a las 938.000 (20% de los miopes). «Este auge es especialmente relevante, ya que tener más de 8 dioptrías agrava el riesgo de enfermedades asociadas y causantes de pérdida severa de visión, como el glaucoma miópico, del que se han atendido en IMO el doble de casos que el año anterior, o el agujero macular miópico», apostilla el doctor Carlos Mateo. A ello también hay que sumarle la tendencia más acusada de los altos miopes a sufrir degeneración macular, un problema que, está emergiendo como causa líder de ceguera en Asia y diversos países industrializados.

Por otra parte, los expertos han recordado que la urbanización en expansión, relacionada a menudo con el sedentarismo y una alimentación poco saludable, también contribuye a una mayor obesidad y, con ello, al desarrollo de la diabetes. Estos enfermos se ven afectados de una mayor limitación visual. De hecho, la retinopatía diabética es la primera causa de ceguera en edad laboral en países industrializados.