Rorcuales, cachalotes y delfines están algo más a salvo desde ayer. Todas las especies de cetáceos y tortugas marinas que habitan o transitan por las aguas del corredor marítimo que se extiende entre la península Ibérica y las islas Baleares vivirán en una reserva que blindará su conservación, con medidas como el veto de nuevos sondeos petrolíferos. Las islas Columbretes se encuentran entre los espacios protegidos.

El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica, aprobó un decreto por el que se declara área marina protegida el denominado Corredor de Migración de Cetáceos del Mediterráneo. La medida llega medio año después de que lo propusiera la delegación española en una cumbre celebrada en Albania por los firmantes del llamado Convenio de Barcelona para la protección del Mediterráneo. El corredor también será zona de reserva preventiva y el Gobierno ha solicitado su inclusión a la lista de Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo (ZEPIM).

85 KILÓMETROS DE ANCHURA // El área que a partir de ahora estará blindada es una franja continua de aguas marítimas de más de 46.000 kilómetros cuadrados y de 85 kilómetros de anchura, que discurre entre el cabo de Creus, en Girona, y el cabo de la Nao, en Alicante, y que es paralela a las costas de las Baleares. Según el ministerio, estas aguas tienen «un gran valor ecológico» y constituyen un corredor de migración de cetáceos de vital importancia para su supervivencia.

El departamento dirigido por Teresa Ribera aseguró que el objetivo de la declaración es proteger de los efectos del ruido submarino a los cetáceos y tortugas marinas que usan la zona como paso migratorio hacia sus áreas de cría y alimentación. La contaminación acústica supone un riesgo para la supervivencia de estas poblaciones, que dependen del sonido para su orientación espacial, alimentación, reproducción y cría. Con la protección de la zona, quedarán vetados los sistemas activos en la investigación geológica --ya sean por sondas, aire comprimido, explosiones controladas o perforaciones subterráneas-- y, sobre todo, los sondeos petrolíferos. Sin embargo, el ministerio admite que quedan fuera de la prohibición los proyectos con permisos de investigación o explotación en vigor, aunque Ribera se ha comprometido a revisarlos.

Las entidades ecologistas y de conservación hace años que batallan para lograr esa zona de protección. La Alianza Mar Blava, constituida por un centenar de miembros, entre administraciones públicas, entidades sociales y de sectores económicos- fue una de las promotoras de las medidas de conservación y ahora ve con buenos ojos la entrada en vigor del decreto, después de años de «inacción política», explica su portavoz, Carlos Bravo.

CENSOS AÉREOS // La prueba de la importante existencia de cetáceos es que los censos aéreos que elaboró la Generalitat entre los días 15 y 17 de junio permitieron avistar casi 600 ejemplares en las costas valencianas.