En una ciudad de Nueva York huérfana de turistas, una estatua de 'Medusa' asociada al movimiento #MeToo, realizada por el artista argentino Luciano Garbati concentra las miradas en Manhattan. La figura se ha instalado esta semana cerca de la Corte Suprema, donde Harvey Weinstein, el exmagnate del cine, sentenciado a 23 años de prisión por violación y otros delitos.

En la obra, de más de dos metros de alto y que fue realizada en 2008 y resurgió a partir del movimiento feminista, se reverisona el mito de Medusa. Ella ya no es la víctima, sino la victimaria.

Según el mito, 'Medusa' era una mujer hermosa, que resguardaba con su vida el templo de la diosa Atenea y que tras ser violada por Poseidón, el señor de todos los mares, pierde sus privilegios y también su preciosa melena que, a modo de castigo, se transformó en un nido de serpientes. Según Ovidio, era la “celosa aspiración de muchos pretendientes” y que fruto de aquel abuso quedó embarazada para convertirse en una gorgona condenada al destierro, maldecida y avasallada. Mientras dormía fue decapitada por Perseo, un héroe que recibió ayuda de otro dioses, del sistema de poder, para salir indemne.

La 'Medusa' de Garbati es quien decapita a Perseo y parece arrastrar su cabeza como trofeo, mientras que en la otra mano sostiene la espada. La escultura estará en Nueva York hasta el próximo abril.