Este lunes hace cuatro años. El 14 de noviembre del 2012, durante una huelga general, Ester Quintana recibió el impacto de un proyectil lanzado por antidisturbios de los Mossos d’Esquadra que le reventó un ojo. La Conselleria d'Interior, entonces en manos deFelip Puig, dio hasta cuatro versiones contradictorias sobre lo ocurrido. El juicio se celebró en el 2016 en la Audiencia de Barcelona. El tribunal absolvió al subinspector y al escopetero acusados aduciendo la imposibilidad de determinar qué policía disparó y qué munición utilizó: una pelota de goma o un proyectil viscolástico.

Quintana no recurrió la sentencia. La fiscalía, que reclamaba dos años de prisión e inhabilitación para cada uno de los dos imputados, tampoco lo hizo. El Parlament acordó la semana pasada, a propuesta de la CUP, una moción respaldada por JxSí para instar al Gobierno catalán a seguir investigando. El policía que disparó y dejó tuerta a la mujer sigue impune.

En la primera versión ofrecida por Interior se negó que la mutilación de la mujer, que volvía a su casa paseando por el paseo de Gràcia cuando ya no había disturbios, guardara ninguna relación con la policía catalana. Porque no había unidades en este punto a esa hora, dijo Interior. Después de que varias grabaciones demostraran que sí estaban allí, se admitió esto último, pero se reiteró que ningún agente disparó. En la tercera versión, forzada por la aparición de nuevas imágenes, la 'conselleria' reconoció que sí había allí antidisturbios y que efectivamente hubo algún disparo. En la cuarta, Afirmó que el disparo se había producido además hacia donde se encontraba Quintana.

Entre estas cuatro versiones fue destituido Sergi Pla, comisario a cargo de la Brigada Mòvil (antidisturbios) de los Mossos, porque ocultó un informe al ‘conseller’ Puig sobre la distribución de sus unidades el día de la agresión. Puig cambió de 'conselleria' y el director general de la policía, Manel Prat, presentó su dimisión a los pocos meses. En una entrevista a EL PERIÓDICO, Prat había dicho: “Si se encuentra una prueba que demuestre que a Quintana le hirió una pelota de goma, dimitiré”.

CAMBIO DE ESTRATEGIA

En septiembre del 2015, Quintana fue indemnizada por la aseguradora de la Generalitat con 260.391 euros. Solo unos meses antes, en julio, se había producido un cambio de estrategia de la defensa de los mossos acusados, tras años de negarlo todo. La abogada Olga Tubau, que representaba al subinspector investigado, dijo en una vista judicial sobre el caso: “Las lesiones fueron producidas por el impacto de un objeto que salió de un arma policial”, aunque no precisó ni la munición ni qué policía disparó.

El comisario jefe de los Mossos, Josep Lluís Trapero, llegó a pedir disculpas porque nadie dudaba ya de que Quintana perdió el ojo por una acción policial gratuita e injustificable, pero aseguró que no había forma de averiguar qué agente disparó.

Con estas premisas, el juicio se celebró en abril del 2016. La sentencia fue rápida. El tribunal absolvió a los dos agentes acusados. La resolución dejaba constancia de que la mujer fue herida por el impacto de un proyectil de los Mossos, pero que no se podía saber de qué tipo era ni qué agente lo disparó.

TRABAS A LA INVESTIGACIÓN

Los jueces recriminaron a la Conselleria d’Interior que hubiera negado primero «de forma contundente» el lanzamiento de un proyectil policial en la zona del paseo de Gràcia donde Quintana resultó herida, postura que «condicionó desde un primer momento, perjudicándola, la investigación».Los magistrados sostuvieron que, «posiblemente, si la investigación de los hechos se hubiera iniciado dando por buena (aunque fuera de manera provisional) la versión que de los mismos daba la víctima, la misma hubiera podido dar unos resultados más fructíferos y se habría obtenido una mayor información sobre lo realmente acontecido».

También reprocharon a Interior que los GPS que llevan las furgonetas policiales no habían podido «cumplir su función primordial», que no es otra que la localización de los vehículos en cada momento.

EL PROYECTIL

El tribunal subrayó que «lo más probable es que las lesiones sufridas por Quintana fueran consecuencia de un impacto recibido en el ojo por una pelota de goma, pero lo cierto es que no podemos excluir que también pudiera ser debida al impacto de un proyectil de foam [viscolástico]". Los jueces argumentaron que, para dictar una sentencia condenatoria, les «corresponde realizar un juicio de certeza y no de probabilidad». Por todo ello añadieron: «Tenemos que concluir que no ha quedado acreditado que las lesiones fueran causadas, necesariamente, por una pelota de goma». Tampoco pudieron determinar qué agente apretó el gatillo.

A pesar de ello, relata la sentencia, un mosso, que «no ha podido ser identificado», incumpliendo los protocolos por los que se rige la actuación de la brigada antidisturbios, disparó un proyectil «en dirección a un grupo de personas que estaban huyendo del lugar y que iba corriendo hacia la calle Casp, donde estaba Quintana, que recibió un impactó en el ojo izquierdo. La mujer sufrió el estallido del globo ocular, con la consiguiente pérdida de visión.