El juicio contra los cinco miembros de la Manada que se sientan en el banquillo en la Audiencia de Navarra por la violación en grupo de una joven de 18 años durante los Sanfermines del 2016 entra en su recta final este lunes con los informes finales. El robo del teléfono móvil de la muchacha reconocido por uno de los acusados es uno de los elementos que puede conducir a una condena por agresión sexual. A pesar de que el procesado confesó que le quitó el aparato «por avaricia» y que fue un «error», las acusaciones se preguntan: «Si como dicen ellos fue sexo consentido, ¿es normal que quiten el móvil a la chica? ¿Se lo llevaron para dejarla incomunicada y que no pudiera pedir ayuda o denunciarlos?». La sentencia resolverá.

PUERTA CERRADA // Las declaraciones de la víctima, los acusados, los testigos y los peritos se han realizado a puerta cerrada para, según los magistrados, preservar la intimidad de la denunciante y también la de los acusados. Esta equiparación provocó una encendida polémica. Por ello, los jueces decidieron, al final, permitir en las últimas dos sesiones, en las que las acusaciones y las defensas expondrán sus conclusiones, el acceso a la sala de público y medios de comunicación.

Tras las decenas de conjeturas que se han originado debido a la falta de información sobre lo que ocurría dentro de sala de vistas, mañana se podrán conocer de forma directa las tesis defendidas por los abogados defensores y la acusación particular.