El joven diestro Víctor Barrio falleció ayer en la plaza de toros de Teruel tras recibir una cornada en la zona del tórax.

El torero, de 29 años, falleció finalmente en la enfermería de la plaza como consecuencia de la grave cornada sufrida en un costado. Víctor Barrio fue cogido de fea manera por el tercero de la tarde, de Los Maños. En un descuido en el que el viento le destapó, fue cogido y ya en el suelo, le apretó contra la arena corneándole en el costado. El pitón le atravesó el pecho y le llegó al corazón. A los pocos minutos se confirmaba su fallecimiento. Antes, el segoviano lo estaba toreando bien sobre la diestra, corriéndole la mano con largura. Fue bravo el de Los Maños, que ya mostró sus buenas condiciones de salida, embistiendo con celo al capote de Barrio, que lo recibió a portagayola. Curro Díaz tuvo que acabar con el toro, según ha informado la revista Aplausos.

“Por lo que se había visto hasta el momento estaba siendo un buen toro el de Los Maños”, explica el matador burrianense, Vicente Soler a Mediterráneo, que estaba disfrutando de la corrida de toros en Teruel.

Los toreros y las cuadrillas se acercaron rápidamente a la enfermería donde se encontraba el joven, que tras quedar inconsciente por los golpes del astado, falleció allí mismo. Todas las personalidades del mundo taurino que frecuentaban ayer la plaza quedaron consternados ante los hechos acaecidos.

El cirujano del Hospital La Magdalena, Ramón Jiménez, que estaba presente en la plaza, declaró a Mediterráneo que “todo fue muy rápido, el toro fue muy certero y al acercarme vi como el pitón había atravesado el tórax y probablemente algún órgano vital”.

CARRERA PROMETEDORA // Nació el 29 de mayo de 1987 y tomó la alternativa en Las Ventas de Madrid el 8 de abril de 2012. Según él mismo contó, tomó la decisión a los veinte años: “Siempre había sentido una gran admiración por los toreros y la fiesta, pero me daba hasta vergüenza decir que quería ser torero y un héroe como yo les veía”.

La muerte del segoviano tiñe de negro las fiestas del Ángel de Teruel. Además, supone la primera acaecida en España en todo lo que llevamos de siglo.