Las autoridades italianas cifraron ayer en diez las personas fallecidas tras ser arrastradas el lunes por el agua, el barro y las rocas del río Raganello, en la región de Calabria (sur del país). Las fuertes lluvias caídas hizo subir de forma repentina el nivel de las aguas que bajaron en forma de enorme corriente embravecida a su paso por un angosto desfiladero donde varios excursionistas estaban practicando barranquismo. En esta parte, la garganta tiene un kilómetro de profundidad con paredes rocosas de apenas cuatro metros de ancho. «Una auténtica avalancha de agua llegó de repente», explicó un excursionista holandés citado por los medios italianos. «Tuve suerte, fue algo increíble, el infierno», añadió.

Las labores de rescate continuaron ayer después de que se trabajara la noche del lunes al martes con potentes focos. Las víctimas mortales, todos italianos, son seis hombres y cuatro mujeres. La fuerza del aguas provocó que los cuerpos de algunas víctimas fueran localizados varios kilómetros río abajo. Los equipos de salvamento rescataron a 23 personas, dos de ellas menores.