Un grupo de personas armadas mató ayer a al menos a 130 pastores Fulani en el centro de Mali. Se trata del ataque más sangriento en la zona en tiempos recientes, en una región marcada por los conflictos religiosos y yihadistas.

Los asaltos a las villas de Ogossagou y Welingara se produjeron después de que una misión del Consejo de Seguridad de la ONU visitara el país africano para hallar soluciones a la violencia que acabó con la vida de cientos de civiles el año pasado y que se propaga ahora por la región del Sahel en la África Occidental.

Moulaye Guindo, alcalde de la ciudad cercana de Bankass, explicó ayer que hombres armados, vestidos con el traje tradicional de los cazadores Donzo, rodearon y atacaron Ogossagou a las 4.00 de la mañana, hora local. «El recuento de cadáveres por parte de la policía sigue y ya llega a 130, pero continúa», detalló.