Después de que un tercer niño haya muerto en los últimos dos años aplastado por los cajones de una cómoda de Ikea, el gigante sueco ha vuelto a emitir la advertencia de seguridad mundial sobre el anclaje a la pared de este tipo de muebles. El pasado mes de febrero Ted McGee, un niño de 22 meses de Minnesota, falleció cuando los cajones del aparador Malm, en este caso el de seis cajones, le cayeron encima. El accidente ocurrió en su propia habitación, mientras sus padres pensaban que el pequeño dormía la siesta: no escucharon ningún ruido y el niño tampoco chilló.

Este no es el primer caso mortal con este tipo de mueble. De hecho, el pasado julio Ikea y la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo en EEUU reconocieron públicamente que estos aparadores de la compañía pueden llegar a ser "potencialmente peligrosos e inestables si no se fijan a la pared". Entonces, reconocieron que dos niños de menos de dos años habían muerto desde el 2014 a causa del vuelco de las mesitas Malm. Además, Ikea anunció entonces que enviaría kits de anclaje -300.000 unidades- para cualquier cliente que lo pidiera.

CAMPAÑA 'SECURE IT!'

Hace ahora un año se lanzó el programa de seguridad 'Secure it! Creting Safer Homes Together' dirigido a los clientes de 27 millones de cajoneras vendidas por el fabricante, entre ellas 7 de la colección Malm, una de las líneas más populares de Ikea, cuyos precios oscilan entre 40 y 100 euros.

Según han explicado los abogados de los padres del pequeño Ted McGee, ellos nunca supieron de la campaña de seguridad de Ikea. Jeremy y Janet McGee compraron el aparador en el 2012, antes del nacimiento de su hijo. Tenían hijos de matrimonios anteriores, y Ted era su primer hijo juntos. Los padres preparan ahora una demanda contra el fabricante y distribuidor de muebles. A su caso, suman los de Curren Collas, el niño de West Chester (Pennsylvania), que falleció en febrero del 2014 (su madre lo encontró atrapado entre la cómoda de seis cajones y el armazón de la cama), y el de Camden Ellis, de 2 años, de Snohomish, Washington. Murió cuatro meses después al caerle una cómoda Malm de tres cajones. Esto pasó justo cuando había pasado de la cuna a la cama.

DEMANDA DE LOS ABOGADOS DE LA FAMILIA

Los abogados de la familia McGee han puesto en marcha una página web (www.furniture-tip-over-accidents.com) para intentar reunir más casos de otros consumidores, detalla 'The Philadelphia Inquirer'. Esperan que Ikea también retire estas cómodas y sean sustituidas por otras más estables. Creen que el programa de seguridad de la marca es insuficiente para evitar más casos dramáticos como los de estos bebés.

Tras conocerse la noticia del tercer fallecimiento de un niño al quedar atrapado bajo un mueble del fabricante sueco, Ikea ha reaccionado raudo: "Ikea se ha informado de que el producto no se sujetó a la pared, que es una parte integral de las instrucciones de montaje", ha dicho en un comunicado. "Queremos hacer hincapié en que la mejor manera de prevenir el vuelco de cajoneras es unir los productos a la pared con las herramientas incluidos por las instrucciones de montaje". La compañía, además, tiene previsto ampliar su campaña informativa de seguridad, "para garantizar que este importante mensaje llegue a más gente" y no vuelvan a darse más muertes.