La reducción de la velocidad máxima a 90 km/h en las carreteras convencionales implantada a principios de año está dando sus frutos. Este verano se ha saldado con la cifra más baja de fallecidos desde que hay registros, 220, sólo igualada por al año 2014. El descenso de muertes respecto a julio y agosto del año pasado ha sido del 15%, concentrada toda las vías secundarias.

Estamos en un cambio de tendencia respecto a años anteriores en los que habían aumentado los fallecidos. Poco a poco vamos haciendo camino en la buena dirección, ha señalado el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, tras recordar que durante el primer semestre las muertes han caído también un 9%.

Además del cambio en los límites de velocidad, Marlaska también ha recordado que ésta se ha acompañado de un aumento de la vigilancia para la nueva norma se cumpla: ha habido más agentes desplegados, han actuado los drones y se han sumado otros 28 radares.

AUMENTO EN AUTOPISTAS

Los datos de fallecidos no dejan lugar a duda. Mientras en autovías y autopistas la muertes han subido de 61 a 65, en las convencionales han caído de 199 a 154, la cifra más baja desde que hay registros.

El otro dato que llama la atención del balance veraniego no es precisamente positivo. El porcentaje de fallecidos vulnerables (peatones, ciclistas y motocilistas) sigue en aumento y con un 41% se acerca a la mitad del total. El colectivo más afectado ha sido el de los motoristas, con 8 víctimas más que el verano del 2018.