La mujer de 40 años cuyos hijos, de 5, 10 y 11 años, vivieron varios días con su cadáver en el piso de Palma donde residían rechazaba las ayudas de los servicios sociales, que habían detectado las necesidades de la familia. «Cuando una familia no acepta una relación de ayuda es difícil hacer trabajo con ella (...). Esto no es excusa, es una explicación», aseguró la consellera de Servicios Sociales, Fina Santiago. EFE