La moda parece haber seguido a rajatabla la teoría del 'best-seller' deJohn Gray 'Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus', e, históricamente, ha dividido los sexos según el lado asignado a botones y ojales. Es recurrente la pregunta de por qué chicos y chicas llevan los botones de la camisa en lados opuestos -en las prendas femeninas los ojales van a la derecha y los botones a la izquierda, y en las masculinas justo al revés-. La respuesta, quizá, sorprenda a más de uno.

Como en casi todo existen varias teorías al respecto. Una de ellas tiene una base histórica, y es la más extendida.

Aunque el botón fue utilizado desde la prehistoria no se empezó a fabricar en serie hasta el siglo XII. Los primeros eran de conchas perforadas -las primeras datan del valle del Indo del 2.000 a.C.-. En la edad media, las clases altas los llevaban de cuerno, hueso o cristales. Pero no fue hasta el siglo XIII que no se pusieron de moda al igual que otros objetos decorativos como los camafeos.

VESTIRSE, UNA ARDUA TAREA

Sin embargo, entonces, en pleno 'boom' botonil, solo las señoras muy muy ricas mandaban hacerse camisas con botones, y solo ellas disponían de sirvientas que les ayudaban en la ardua tarea de vestirse. Para las criadas (diestras en su mayoría) el trabajo era más fácil si los botones se colocaban al revés. El origen clasista, finalmente, se convirtió en una costumbre. Y hasta ahora.

Los hombres, en cambio, y según esta teoría histórica, necesitaban desabrocharse la camisa con la izquierda para poder blandir la espada con la derecha.

Ahora que nos vestimos solas y que los hombres no cargan con tizonas quizá ya toque actualizar esta norma de vestir.