Más de 4.000 mujeres periodistas que trabajan en medios, agencias de comunicación y empresas periodísticas o que están en paro han suscrito en apenas 24 horas el manifiesto Las periodistas paramos, en el que se adhieren a la huelga feminista del próximo 8 de marzo para visibilizar el machismo en la profesión y sus consecuencias. Entre las firmantes están Susanna Griso, Mamen Mendizábal, Rosa Montero o Luz Sánchez Mellado.

La convocatoria de huelga feminista del 8 de marzo viene fraguándose desde la primavera del año pasado, tras la acogida que tuvieron en más de 170 países los paros de mujeres promovidos desde el movimiento argentino Vivas nos queremos contra la violencia de género. Si bien en el 2017 en España se paraba de forma simbólica, el próximo Día Internacional de la Mujer y por primera vez en la historia, se organizará una huelga legal para reclamar igualdad real de oportunidades y derechos entre hombres y mujeres. La huelga tendrá réplica en un total de 177 países.

Las periodistas firmantes animan a todas las compañeras a sumarse a la movilización en la medida de sus posibilidades y sus circunstancias. «Todas sufrimos el mismo machismo que las mujeres del resto de sectores, precariedad, inseguridad laboral, brecha salarial, techo de cristal, acoso sexual o ninguneos, pero con las particularidades asociadas a nuestra profesión. Somos conscientes de la relevancia social de nuestro trabajo y, por eso, mostramos también nuestra preocupación por la visión parcial de la realidad que tantas veces ofrecen los medios y en la que falta la presencia y aportaciones de las mujeres. El feminismo también es necesario para mejorar el periodismo», dice el manifiesto.

Por eso, exigen a los medios y empresas periodísticas que tengan en cuenta una serie de reivindicaciones, por ejemplo para eliminar la brecha salarial, con transparencia y una revisión de categorías, complementos y criterios profesionales.

‘TECHO DE CRISTAL’ // Las periodistas denuncian que las direcciones de los medios y empresas periodísticas están copadas por hombres y reivindican su derecho a ocupar puestos de poder y responsabilidad y a ser tenidas en cuenta en las promociones profesionales para puestos intermedios. Asimismo, la precariedad es otra de las denuncias. «Sufrimos niveles de temporalidad superiores a los de nuestros compañeros. De la misma manera denunciamos la inestabilidad laboral de las compañeras freelance y de las falsas autónomas, una situación de precariedad que se ha hecho habitual en los últimos años», aseguran.

PRECEDENTE HISTÓRICO // El gran precedente histórico se produjo en Islandia en el año 1975. El 90% de las mujeres islandesas no fueron a trabajar ese día, paralizaron el país y la lucha culminó -este año- con una ley de igualdad salarial. El precedente más reciente es Polonia, cuando las mujeres reivindicaron en las calles el derecho al aborto --ante el intento del Gobierno de prohibir la interrupción voluntaria del embarazo-- o las grandes marchas en Argentina bajo el lema Ni una menos contra la violencia de género. En España, se produjo en 2017 un intento de huelga general, pero no consiguió apoyo sindical. Ahora, en cambio, la predisposición y los apoyos han crecido.