Con la sonda Solar Parker de camino al sol y un reciente eclipse solar parcial vivido tan solo en algunos lugares privilegiados del mundo, son cada vez más los que dirigen su curiosidad hacia el astro rey. Según apuntan los expertos, si bien nuestra estrella nos acompaña desde el principio de los tiempos, aún son muchos los misterios que esconde en su interior. De ahí las nuevas misiones enfocadas a estudiar el corazón del Sistema Solar. Entre las preguntas más llamativas formuladas por los científicos en su estudio del astro está la de ¿cómo suena el sol? Es decir, si estuviéramos flotando en el espacio en las proximidades de la estrella ¿qué es lo que oiríamos?

Esta cuestión se ha podido responder, al menos en parte, mediante una extensa recopilación de datos obtenidos por el Observatorio Solar y Heliosférico de la NASA (SOHO). Gracias a esta infraestructura, el heliofísico Alex Kosovichev recopiló información sobre la estrella durante cuarenta días. A partir de ahí, para conseguir reconvertir unos parámetros en música, el investigador seleccionó los datos, eliminó el ruido ambiente procedente de los instrumentos y limpió la pista de audio. Para acabar, tan solo hizo falta reajustar la composición para hacerla audible al oído humano. Y voilà, la “música solar” estaba lista. Una pista de audio que, según apuntan sus creadores, se aprecia mejor si se escucha con auriculares.

La composición de Kosovichev no se trata ni de la primera ni de la última búsqueda del sonido del sol. Durante más de veinte años, investigadores de la Agencia Espacial Europea (ESA) y del Observatorio Solar y Heliosférico de la NASA (SOHO) permanecieron en silencio escuchando los fenómenos producidos en la atmósfera solar. Una información que, aunque no haya dado lugar a ninguna pista de audio, ha permitido a los investigadores empezar a entender mejor qué ocurre en el corazón de nuestra estrella y ampliar el conocimiento sobre lo que sucede en el centro del Sistema Solar.

Por qué escuchar el sol

Pero atención. Los sonidos del sol no se han recopilado como cualquier otra antología de sonidos de la naturaleza. Según apuntan los investigadores, poder escuchar el sol se convierte en una herramienta de estudio indispensable para conocer qué ocurre en el astro rey. En este sentido, Alex Young, de la división de Ciencia Heliofísica del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA, explica: "No tenemos formas sencillas de mirar dentro del Sol. No existe un microscopio para acercarnos a la estrella. Es por eso que, de alguna manera, escuchar las vibraciones del sol nos permite ver en su interior".

Según apuntan los expertos, la información recopilada a través de la música solar representa gran parte del conocimiento que disponemos sobre el astro rey. Es decir, en la pista de audio creada por Kosovichev confluyen muchos de los fenómenos que conocemos sobre el sol. Desde las llamativas erupciones solares hasta los movimientos más complejos producidos en su atmósfera. Todo ello representado a través de sonidos.

"Mediante esta información podemos empezar a ver enormes ríos de material solar fluyendo. Finalmente estamos empezando a entender las capas del Sol y su complejidad. Ese simple sonido es el equivalente a si enviáramos una sonda dentro de la estrella", concluye Young. Es decir, una melodía que nos permite viajar hasta el centro del Sistema Solar y, con un poco de imaginación, oír sus entrañas.