Estaba citada como testigo, pero su declaración era la más esperada. La narco Tania Varela, única testigo presencial del asesinato del abogado madrileño Alfonso Díaz Moñux en 2008, ha apuntado al crimen para justificar su fuga en 2013. "Me fui porque Alfonso, mi pareja, me dijo: si me pasa algo vete, igual que yo también intentaré proteger a mis hijas. Esto, sumado al miedo que tenía me llevó a esta situación horrorosa".

Varela, que ha sido trasladada desde la cárcel de Brians y ha llegado a la Audiencia de Madrid ataviada con un foulard azul cubriendo su rostro para evitar ser fotografiada, ha recordado lo que vio cuando tirotearon a su entonces pareja: "Estábamos en el coche de Alfonso entrando al garaje de casa, yo iba de copiloto, me agaché a coger las llaves que tenía en el bolso y sentí dos o tres ruidos fuertes. Me levanté y pregunté a Alfonso qué pasaba, pero él ya no me contestó".

"VI DOS SILUETAS, CREO QUE DE HOMBRES, JUNTO AL COCHE"

La abogada, condenada a siete años por tráfico de drogas y blanqueo de capitales, ha asegurado que vio "dos siluetas, creo que de hombres" junto al Mercedes en el que acababan de asesinar a Moñux, pero que "desaparecieron rápidamente" y ha negado recordar nada más sobre el suceso, ni siquiera lo que explicó a la policía en las tres declaraciones que prestó aquellos meses posteriores a la muerte del abogado: "Aquellos hechos me dejaron en estado de shock, a día de hoy no he superado aquello", ha afirmado.

Varela ya recurrió a la amnesia tras el asesinato. Aunque en un primer momento declaró a la policía que su novio llevaba meses recibiendo amenazas de muerte y las relacionó con el entorno de su expareja David Pérez Lago, hijastro de Laureano Oubiña, posteriormente aseguró haber perdido la memoria y estar recibiendo tratamiento psiquiátrico en una consulta de Valladolid, versión que ha mantenido en su declaración de este miércoles cuando ha sido preguntada por algunos detalles: "Si declaré sobre Pérez Lago sería porque Alfonso (Díaz Moñux) haría algún comentario al respecto, pero mencionaba a David como mencionaba a otra gente", ha señalado, restando importancia a lo que contó entonces.

También ha negado que el hijastro de Oubiña y Moñux tuvieran mala relación porque ella hubiera dejado a Pérez Lago para empezar otra relación con el que entonces era el abogado de ambos : "Ellos discutieron por temas que tenían pendientes, no por mí". Y ha apuntado a la víctima, que defendió al narcotraficante Sito Miñanco y a capos de la mafia rusa como Zakhar Kalashov: "era un abogado que llevaba temas bastante delicados, tenía varios frentes abiertos".

UNA VISITA "EXTRAÑA" EN PRISIÓN

La que fuera la española más buscada por Interpol hasta el pasado 28 de marzo ha asegurado que la mañana 6 de abril, tres días antes de que empezara el juicio, recibió una visita "extraña" de un abogado de Oviedo en prisión: "Me dijo que se llamaba Víctor, que defendía a Durán (en referencia a Miguel Ángel Durán, el acusado al que se está juzgando) y que había defendido a los otros tres españoles que fueron condenados por el mismo asunto. Contó que estaban esperando por mi declaración en este juicio y quiso recordarme o hacerme recordar lo que yo declaré tras lo ocurrido, que los que mataron a Alfonso debían de ser colombianos. Pero la verdad es que yo no recuerdo nada, así que le pedí que se marchara y me dejara en paz".

La abogada se ha mostrado muy afectada a lo largo de toda su declaración, ha rechazado ver fotografías del procedimiento y ha pedido expresamente que no se le mostrara ni la imagen de la vivienda en la que residía con Moñux en 2008. Su aspecto apenas ha cambiado este tiempo, aunque su atuendo en la sala, pantalones vaqueros, sudadera y zapatillas deportivas, dista bastante de la ropa de marca por la que, según relatan quienes la conocieron hace años, sentía "obsesión", cuando todavía era "una mujer poderosa", cuando aún era "la novia del traficante".