Cansada de esconderse, Tania Varela planeaba acabar con su condición de fugitiva cuando fue detenida por los Mossos d'Esquadra. Así lo indican decenas de notas manuscritas por la mujer durante su fuga y que fueron intervenidas por los agentes en su casa de Sitges. Según ha podido saber EL PERIÓDICO, en uno de esos documentos, la abogada, condenada a siete años por narcotráfico, escribió sus ideas para regularizar su situación.

Una de sus posibilidades era hacerse pasar por muerta para empezar una nueva vida, aunque tenía sus dudas: "Si se compra el certificado de defunción y se crea una nueva identidad, eso tampoco es seguro del todo: porque las huellas dactilares son las mismas", apuntó en una hoja de color rosa. Varela especuló así con el problema con el que se han topado otros narcos, como Francisco Javier Martínez San Millán, alias 'Franky', que estuvo doce años huido y pasó por el quirófano para cambiarse las huellas de los dedos de las manos por las de los pies con el fin de no ser detectado. No le funcionó.

Como alternativa para acabar con su larga huida, la abogada pensó también en solicitar un indulto y en ese caso, escribió, era necesario que conservara su verdadera identidad: "¿Eso es diferente a la obtención del indulto? Porque el indulto ¿lo es para la identidad originaria o son dos cosas diferentes?", se interroga confusa.

Una hija con un empresario de Zaragoza

Los investigadores creen que Varela tenía prisa por solucionar su situación para mejorar la de su hija, de cuatro años. La niña, fruto de una relación con un empresario zaragozano, vivía con ella. Apenas faltaba un año para que Tania tuviera que escolarizar obligatoriamente a la cría en Catalunya, un trámite que hasta ahora había evitado y por el que podían acabar detectándola. "Ya no es la mujer que arriesgaba y sacrificaba todo por conseguir lo que quisiera. Ahora tiene una cría y sufre por ella. A la niña le faltan incluso elementos de socialización porque solo se relacionaba con algunos niños en el parque. Tania era consciente de ello y quería ponerle remedio", señalan fuentes de la investigación. Estas mismas fuentes añaden que la mujer "estaba en conversaciones con un abogado por si no le quedaba otra que entregarse".

Los agentes que interrogaron a Varela se encontraron con una mujer "muy inteligente, de mirada viva, pero agotada". Solo intentó mentir al principio, dando un nombre falso a los mossos que la identificaron. Ante ellos se presentó como Claudia Vázquez Otero. Luego, "se derrotó" y aportó detalles sobre su paradero durante estos casi cinco años de fuga. La que fuera la española más buscada por Interpol reconoció haber estado un tiempo en Estocolmo, donde vive una hermana suya. También en Italia. Allí, según su declaración, nació su hija. Luego, ella y su pareja decidieron volver a España. Antes de recalar en Cataluña (donde los investigadores creen que residió, al menos, en dos casas distintas), vivió también en Zaragoza.

"Fue mal negocio liarme con el hijo del jefe"

Varela declaró que huyó en el 2013 porque se vio "superada por todo" después de que el resto de los condenados en la 'operación Roble' negociaran "pactos beneficiosos" y la dejaran "sola". La mujer apuntó a su "mala suerte con los hombres" para justificar sus problemas con la justicia: "Fue mal negocio liarme con el hijo del jefe", explicó en alusión a su expareja David Pérez Lago (actualmente en prisión), hijastro de Laureano Oubiña.

Durante su declaración se acordó de otro de sus novios, Alfonso Díaz Moñux, asesinado en Madrid cuando iba en su coche con Tania el 18 de diciembre de 2008: "Y luego a mi segunda pareja lo mataron", apuntó refiriéndose al abogado por cuya muerte declara como testigo este miércoles en la Audiencia de Madrid. Pese a considerarse "una perjudicada" por sus relaciones sentimentales, Varela se sinceró con una agente que se ganó su confianza: "Yo sé hacer con los tíos lo que yo quiero".