El carguero espacial 'Cygnus', un vehículo no tripulado y no reutilizable que se emplea para llevar suministros a la Estación Espacial Internacional (ISS), servirá de conejillo de indias para comprobar qué sucedería en el caso hipotético de un incendio en una nave ocupada por humanos.

Una vez cumplida su misión en la ISS, el último 'Cygnus' se desenganchó del complejo orbital el pasado lunes y está previsto que el próximo domingo se desintegre al entrar en contacto con la atmósfera terrestre. Sin embargo, antes de que eso suceda, la NASA provocará en su interior una serie de pequeños incendios en su interior para comprobar cómo reacciona el fuego y cómo se propaga en situaciones de ingravidez y en diversos materiales.

La cápsula 'Cygnus', un cilindro de cinco metros de largo desarrollado por la empresa privada Orbital ATK, lleva en su interior 1,5 toneladas de residuos generados por la actividad de la ISS.

Entre los materiales utilizados para el incendio figuran un trozo del vestido ignífugo de un astronauta, plexiglás de las ventajas, compuestos de silicio y cajas de almacenamiento, según ha informado la NASA. Se han colocado en compartimentos separados para no interferir los resultados. Dos cámaras de alta definición grabarán el experimento y enviarán los datos antes de desintegrarse.

"Un incendio en una nave espacial es uno de los mayores peligros para las tripulaciones de la NASA", ha afirmado Gary Ruff, director del proyecto Saffire, especialmente si se planea un viaje de larga duración. Los experimentos previos se han limitado a incinerar muestras muy pequeñas, ha añadido David Urban, investigador principal del experimento.

UN PRECEDENTE

El único precedente importante aconteció en 1997 en la estación rusaMir. Los astronautas pudieron sofocarlo con los extintores, pero se consumió una gran cantidad de oxígeno.

La cápsula 'Cygnus' fue lanzada el 17 de octubre con un cohete Antares. Llevó a la ISS 2,5 toneladas de alimentos y equipos para experimentos científicos.