Fue un compromiso electoral de todos los partidos y resultó clave para que Ciudadanos diera apoyo a la investidura de Rajoy tras las elecciones del 2016. El Pacto de Estado de Educación, el marco que debe (o debería) ofrecer la estabilidad que reclama el sistema educativo español, es hoy, un año después de que empezara a negociarse, poco más que un compendio de buenas palabras, con trazas de acabar en fiasco. La oposición en bloque --salvo Cs-- cree que estos meses de conversaciones han sido una maniobra de distracción del Gobierno para conseguir la implantación definitiva de la LOMCE, la séptima ley educativa que tiene España desde que se instauró la democracia y que ha contado con el rechazo de la comunidad educativa.

Costó muchísimo cerrar un primer guion en el que se recogieran los 15 puntos básicos que debía de tener el documento final del pacto. En seguida se vio que las diferencias eran acusadas --si no abismales-- en materias como los conciertos educativos, la asignatura de Religión y la financiación de la educación.

Pero la gota que ha colmado el vaso ha sido el abandono de las conversaciones por parte del PSOE, ante la negativa del PP a comprometerse a garantizar una inversión estable en educación. Podemos y los grupos catalanes también han salido de la subcomisión y el PNV reconoce que medita hacerlo, con lo que el PP y Cs se quedan solos en su empeño por sacar adelante un acuerdo, que muchos dudan que pueda denominarse Pacto de Estado.

LAS POSTURAS // «Siempre hemos creído en la necesidad de diálogo, pero nunca nos van a encontrar en un acuerdo que sea dañino, perjudicial y claramente insuficiente para la educación; no vamos a ser cómplices de un acuerdo escaso o de un mal acuerdo», afirma la portavoz socialista en Educación, Luz Martínez Seijo.

Para el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, la espantada de la oposición resulta «inexplicable». El también portavoz del Gobierno recordaba ayer que después de pactar la paralización de las evaluaciones externas o reválidas light de la LOMCE, la creación de la subcomisión y los 15 puntos sobre los que tiene que versar el pacto, «cuando llegan al segundo, el de la financiación, piden un porcentaje del PIB hasta el 2025 y o eso, o nada».

¿De cuánto dinero están hablando? El grueso de la oposición aspira a un 5% del PIB. Algunos expertos del mundo educativo consideran incluso poco ambiciosa esta petición.