Un menor de 10 años ha muerto este domingo en un parque acuático de Kansas, en Estados Unidos cuando bajaba por el tobogán acuático más grande del mundo. Caleb Thomas Schwab estaba disfrutando de un día de ocio junto a sus padres cuando la diversión se convirtió en tragedia.

El pequeño quiso tirarse por el tobogán acuático, con fama de serel más grande del mundo con una caída que equivaldría a lanzarse desde un edificio de 17 pisos. Y ahí fue donde perdió la vida por razones que aún se desconocen.

La atracción consiste en una balsa hinchable que se desliza por el tobogán a 50 kilómetros por hora. El niño iba montado en una de estas balsas cuando ocurrió la tragedia. Se está investigando si se debió a un accidente o a una negligencia del parque.

Por su parte la familia de Caleb, cuyo padre es un conocido miembro del Partido Republicano de Kansas, ha querido agradecer todo el apoyo que han recibido desde que su hijo perdió la vida.