El Juzgado de Instrucción número 16 de Sevilla investiga la muerte del niño de cuatro años y natural de Écija que recibió de manera fortuita un disparo en una cacería celebrada el pasado sábado en una finca ubicada en el municipio sevillano de Guillena y por cuya muerte hay un detenido --L.A.G., de nacionalidad argentina-- como presunto autor de homicidio imprudente. El pequeño, según la familia, que se ha personado como acusación particular, no se movió «en ningún momento» del puesto en el que se encontraba junto a su padre, que estaba como observador, y su abuelo, el único tirador autorizado.

«El niño no se movió del banco de caza en el que estaba sentado, lo tenía prohibido y estando sentado allí le impactó un disparo en la cabeza, un tiro que nunca debió llegar a ese puesto», explicó Rosario Serrano, la abogada de la familia del niño fallecido.