Las aguas del norte del Océano Pacífico reflejan una tasa de acidificación el doble que la media del resto de océanos del planeta, lo que supone un efecto potencialmente catastrófico para los moluscos, de acuerdo a un estudio de la NOAA difundido el lunes.

La investigación, publicada en la revista Nature Geoscience, se enfocó en el espesor de conchas microscópicas de mariscos en muestras de sedimentos de hace 100 años para evaluar el nivel de acidificación.

El estudio de siete años y dirigido por Emily Osborne, investigadora del programa de acidificación oceánica de la NOAA, muestra que los cambios en el espesor de las conchas en comparación con las actuales "son alarmantes".

"El registro de espesor de las carcasas de los moluscos mostró instantáneamente una tendencia descendente a largo plazo", dijo Osborne.

"Es la primera vez que tenemos algún tipo de registro desde principios del siglo, por lo que podemos hacer una relación real entre la acidificación de los océanos y los ciclos climáticos", añadió.

El estudio analizó 2.000 conchas de un pequeño animal marino llamado foraminífera. Su concha, aproximadamente del tamaño de un grano de arena, se asienta sobre el fondo marino cubierta de sedimentos.

Cuanto más ácido es el océano, más difícil es para ellos construir sus conchas. Los científicos encontraron que desde 1895 el grosor de las conchas había disminuido en un 20 %.

La acidificación de las aguas es una amenaza para la pesca y un signo de alarma que indica que los océanos no pueden sostener más emisiones de carbono, ya que los gases de efecto invernadero afectan las concentraciones de carbonato de calcio que forman las capas de los organismos marinos.

Esa tendencia podría significar problemas para los productores de mariscos en la costa oeste, que dependen de las aguas ricas en carbonato de calcio para que sus ostras, almejas y mejillones crezcan.

Los investigadores descubrieron además que fenómenos naturales como El Niño y el fenómeno conocido como la "Oscilación Decadal del Pacífico", (un patrón a largo plazo de calentamiento y enfriamiento de las aguas oceánicas), también agregan estrés a estos cambios extremos en la química del océano.

"Durante las fases frías de la Oscilación Decadal del Pacífico, los vientos impulsan las aguas ricas en dióxido de carbono hacia la superficie a lo largo de la costa oeste, lo que produce un aumento añadido en la acidificación del océano en esta región del mundo", dijo Osborne.

Los científicos esperan obtener nuevos datos a raíz de este estudio sobre cómo los cambios en la acidificación de los océanos pueden estar afectando otros aspectos del ecosistema marino.