El demoledor informe de gran jurado de Pensilvania sobre los abusos sexuales en la iglesia no solo puso de relieve la cantidad de presuntos crímenes nunca juzgados que siguen en el armario, sino que obligó a otros estados a hacerse las mismas preguntas. El último en dar un paso adelante ha sido el estado de Nueva York. Su fiscal general ha anunciado la apertura de una investigación civil para averiguar cómo las diócesis y la archidiócesis del estado han gestionado las posibles alegaciones de abusos que hayan recibido a lo largo de los años. El estado ha puesto también un número de teléfono al alcance de la ciudadanía para recibir pistas.

Al igual que Nueva York, otros estados han empezado a mover ficha para investigar los abusos. Misuri, Nuevo México y Oklahoma han anunciado medidas para investigar lo sucedido en sus estados a lo largo de los años.