El Madrid World Pride 2017 llegó ayer a su fin tras diez días de celebración y reivindicación, e hizo entrega del testigo a la próxima ciudad en la que se celebrará el Orgullo Gay internacional, Nueva York, donde comenzó el movimiento LGTBI con los disturbios de Stonewall. La céntrica Puerta de Alcalá fue el escenario del cierre de esta multitudinaria fiesta, donde actuaron artistas de las diferentes ciudades donde se ha celebrado el World Pride.

El punto álgido de estos días tuvo lugar el pasado sábado, cuando más de un millón de personas tiñeron Madrid con los colores del arcoíris para gritar al mundo que los transexuales «no son enfermos», defender la diversidad y reclamar derechos para el colectivo LGTBI, unido a la música, el baile y la máxima diversión.

Por supuesto, el cierre de esta señalada cita no podía seguir una tónica diferente. Desde las ocho de la tarde se recordaron ayer los orígenes de las marchas por el Orgullo, que se celebraron por primera vez en Roma en el 2000.

Las siguientes ciudades en celebrar el orgullo internacional fueron Londres y Toronto, así hasta llegar a Madrid, que ha sido la encargada de entregar el testigo a Nueva York, próxima sede en 2019. Una fecha que coincide con el 50 aniversario de los disturbios de Stonewall, unas manifestaciones que tuvieron lugar en 1969, siendo la primera vez que se luchaba por los derechos de la comunidad LGTBI en EEUU.