Miguel Hurtado fue la primera víctima que reveló públicamente los abusos sexuales cometidos por el monje Andreu Soler y «la ocultación» de estos por parte del monasterio de Montserrat, en Barcelona. Una semana después, el diari Ara localizó a una segunda víctima, Ricard Zamora. Y ayer trascendió el caso de una tercera, J.R. Martínez.

Son tres hombres que no se conocen y de edades muy distintas. El clérigo abusó de ellos metiéndose en su cama y haciéndoles tocamientos en los genitales. En los dos primeros casos, además, el monje se sirvió de la misma estrategia: hablarles de la masturbación mientras los manoseaba para subrayarles que no debían caer en ella. Hurtado sufrió estos abusos entre 1997 y 1998. Zamora explica que él los padeció sucedieron en 1978. Martínez los sitúa, incluso antes, en 1971.

Soler es el fundador del movimiento escolta de la abadía, els nois de servei, y fue su responsable durante 40 años. Falleció en el 2008 y, un año antes, la abadía, a pesar de estar al corriente de los hechos denunciados por Hurtado, le rindió homenaje con la publicación de un libro con sus memorias, Escoltisme i Montserrat.

DENUNCIA VÍA NETFLIX // En el documental Examen de conciencia, emitido por Netflix, que incluye la experiencia de Hurtado en Montserrat, esta víctima aclara que ha decidido denunciarlo públicamente porque necesita saber si hubo más víctimas de Soler. Ahora ya lo sabe, por lo menos hubo dos más. «Por un lado, lamento que más personas pasaran por lo mismo que yo. Por el otro, siento tranquilidad porque nadie podrá decir que miento», cuenta.

Por su parte, Martínez, la última víctima en denunciar abusos en la abadía, explica que durante los cinco veranos --entre los años 1970 y 1975-- en los que acudió al monasterio para ayudar a los monjes, una noche le tocó dormir con Soler. «Se la pasó entera metiéndome mano, también en mis genitales». Fue un abuso sigiloso, que le dejó «en estado de shock», porque a esa edad --unos 15 años-- todavía «estaba descubriendo de qué iba todo eso».

Desde Montserrat explican que desconocen su caso, pero recuerdan que esta semana se reunirán por primera vez la comisión organizada para analizar el caso del germà Soler y piden a las víctimas de abusos que se pongan en contacto con la abadía.