La UE parece tener claro que no dejará que nada amenace el parque nacional de Doñana, uno de los humedales más completos de Europa y un ecosistema único que es zona de paso obligada en la ruta migratoria de millones de aves que a punto estuvo de entrar en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro hace dos años.

Los europarlamentarios, que el pasado mes de septiembre visitaron la zona para conocer de primera mano los riesgos sobre el parque, se han mostrado tajantes respecto al proyecto de construir un gaseoducto y almacén de gas en las tripas del espacio natural y reclaman a las autoridades un «estudio conjunto» de los riesgos de las cuatro fases en la que se dividió el proyecto para agilizar su tramitación, así como «una evaluación sísmica» global.

El documento es aún un informe preliminar, que se debatirá en Bruselas el 20 de febrero.