España sigue batiendo récords en materia de donación de órganos. Después de liderar el ranking mundial durante 27 años consecutivos, en los últimos cinco años ha experimentado un crecimiento del 37%, el mayor incremento de la historia, al pasar de 35,1 donantes por cada millón de habitantes a 48 en un lustro. Esta cifra eleva la tasa de trasplantes a 114 por millón de población, la más alta del mundo. Según la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), estos datos suponen hasta seis donantes y 14,6 trasplantes diarios.

Solo en el 2018 hubo 2.243 donantes y 5.314 trasplantes, lo que ya permite acercarse a los 5.500 que la ONT y las autoridades autonómicas se habían fijado para el 2020, según destacó ayer la ministra María Luisa Carcedo, en la presentación de los resultados. La titular de Sanidad señaló que estas cifras tan «significativas», que hacen que los españoles sean los ciudadanos del mundo con más opciones de recibir un trasplante para curar una enfermedad, no son fruto de la «casualidad», sino de la «generosidad» de la población y del buen hacer y la coordinación de los equipos sanitarios y la ONT, que se han convertido en un «referente mundial».

Las diferencias con otros países son «abismales», incidió la ministra, que comparó los 48 donantes por millón de población en España con la media de la UE (22,3) o Estados Unidos (31,7). Los buenos resultados se deben al incremento de la donación en asistolia, es decir, de pacientes con parada cardiorrespiratoria, y su transformación en multiorgánica. Este tipo de intervenciones, más complejas y que han obligado a introducir mejoras en las técnicas de conservación de órganos, se incrementaron un 10%, lo que supone ya que una de cada tres donaciones es en asistolia.