Núria Espert ha sido príncipe de Dinamarca (en un entonces escandaloso Hamlet de 1960), ha sido rey de los britanos (en el reciente Rey Lear del Teatre Lliure) y desde ayer es premio Princesa de Asturias de las Artes, después de que el jurado de los premios haya comunicado el primero de los ocho galardones internacionales que se entregarán el próximo octubre. Espert, que ya había sido propuesta al premio en otras ocasiones, se ha impuesto en las últimas votaciones al artista estadounidense James Turrell y al estonio Arvo Pärt, así como a los músicos John Williams y Ennio Morricone. La candidatura de Espert había sido propuesta desde el Teatro Real de Madrid y el Teatre Lliure de Barcelona, y el jurado ha destacado su carrera en las escenas tanto en lengua castellana como catalana.

“Estoy muy feliz, me ha excitado muchísimo este premio”, ha dicho la actriz tras conocer el fallo, antes de añadir que no tiene “ninguna intención” de parar de trabajar. La actriz ha avanzado que gastará “alegremente” una parte de la dotación económica del premio (50.000 euros) y destinará otra parte a los refugiados.

El jurado ha destacado, entre otros aspectos, que Espert “representa la recuperación y la continuidad de la gran tradición del teatro español” y que su teatro “se caracteriza por la fidelidad a los ideales y aspiraciones del humanismo y ha estado siempre al servicio de la poesía y de la esencia de la escritura dramática”, unas palabras que la actriz cree “justas” y que agradece. También ha ejercicio de directora de escena en obra teatrales y óperas. H