Tras la devolución exprés a Marruecos de 116 migrantes de países del África Occidental que cruzaron a España a través de la verja fronteriza con Ceuta, ha empezador a cundir el malestar (en muchos casos, la indignación) entre las oenegés que trabajan en la zona. ¿Por qué ahora y no antes se ejecuta el convenio bilateral entre España y Marruecos que se ratificó en 1992?, se preguntan.

Marruecos admite, después de muchos años sin que se aplicara este acuerdo, a un grupo de migrantes subsaharianos y eso se produce en un contexto de llegadas masivas de embarcaciones a las costas andaluzas que han obligado a poner en marcha un plan de emergencia para atender a los miles de migrantes llegados este verano. Solo en lo que va de mes de agosto casi 2.000 personas han alcanzado suelo español a través de la vía marítima.

El Ejecutivo, por su parte, señaló que la expulsión de este grupo no supone en ningún caso que el Gobierno haya variado «un solo ápice» su política migratoria.