Aunque el número de «casos confirmados» en China del covid-19 (el nuevo coronavirus) se ha «estabilizado» en la última semana, aún es «muy pronto» para predecir el fin de la epidemia. Así lo anunció ayer el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. El organismo estuvo dos días reuniéndose en Ginebra con 400 expertos de todo el mundo para analizar tratamientos, vacunas y otras medidas contra el virus.

El jefe del departamento de emergencias sanitarias de la OMS, Michael Ryan, dijo que el comportamiento del covid-19 fuera de Hubei ya «no parece tan agresivo o acelerado». Pero Tedros Adhanom insistió en la prudencia. «Este brote todavía puede ir en cualquier dirección», advirtió ayer. Calificó el virus de «enemigo común que no respeta fronteras».

La OMS estima que las primeras pruebas para la vacuna contra este nuevo coronavirus comenzarán en cuatro o cinco meses, aunque su uso generalizado no llegará hasta dentro de un año o año y medio. El organismo también determinó que algunos de los fármacos que están funcionando mejor en los tratamientos de los pacientes son la combinación de los antirretrovirales Lopinavir y Ritonavir (utilizados por portadores del VIH) y el nuevo antiviral Remdesivir.