La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) instaron hoy al Gobierno italiano a permitir el desembarco de los 150 inmigrantes que siguen a bordo del barco militar 'Diciotti' en el puerto de Catania, en la isla de Sicilia. Además, los representantes de doce países miembros de la Unión Europea (UE), entre ellos España, discutirán este viernes en Bruselas posibles soluciones para los desembarcos de migrantes en el mar Mediterráneo, con el fin de evitar situaciones como la del 'Diciotti'.

ACNUR y la OIM solicitaron en un comunicado que el desembarco de estas personas sea inmediato. El miércoles pudieron bajar 27 menores de entre 14 y 17 años después de que el ministro italiano del Interior, el ultraderechista Matteo Salvini, les diera permiso.

Un representante de ACNUR en Roma, Roland Schilling, agradeció en una nota "los esfuerzos realizados por la Guardia Costera italiana para salvar las vidas de estos hombres, mujeres y niños", pero pidió "una solución urgente para acabar con este bloqueo", que mantiene a estas personas en el barco desde hace ya más de una semana.

"Muchos de los que están a bordo pueden necesitar protección internacional y ya han enfrentado experiencias increíblemente traumáticas", agregó.

Por su parte, el director de la oficina de coordinación para el Mediterráneo de la OIM, Federico Soda, consideró que "los migrantes que llegan de Libia a menudo son víctimas de violencia, abuso y tortura" y que estas personas deben poder bajar lo antes posible para que reciban ayuda "pronta y adecuada".

Ocho días a bordo

Ya han pasado ocho días desde que estas personas subieron a bordo del barco 'Diciotti' de los guardacostas italianos el pasado 16 de agosto. Permanecieron cinco días en el mar a la espera de que el Gobierno italiano les indicara un puerto hasta que el lunes pasado el ministro de Infraestructuras, Danilo Toninelli, les permitió atracar en Catania.

Pero ese mismo día el ministro del Interior italiano no dio la autorización necesaria para que los 177 inmigrantes que se encontraban a bordo pudieran bajar una vez que llegaran a la ciudad siciliana. Así, permanecieron en el barco hasta ayer, cuando Salvini permitió bajar a los 27 menores que iban a bordo después de que organizaciones internacionales y humanitarias, instituciones italianas y representantes del poder legislativo de Italia le presionaran para que rectificara en su negativa.

Salvini, que es también vicepresidente del Gobierno italiano, dejó en el interior del barco a otros 150 adultos y dijo que no podrán descender hasta que países europeos acuerden una solución para su reubicación.

La intención del ministro y líder de la Liga es presionar para que los países miembros de la Unión Europea (UE), como han hecho en anteriores ocasiones, acuerden repartirse a estas personas y a los inmigrantes que lleguen en el futuro a las costas de Italia.

Entrevista con Salvini

En una entrevista a una emisora de radio italiana, Salvini afirmó hoy que todos los adultos que siguen en el barco 'Diciotti' son "ilegales" y dijo tener "la conciencia tranquila" por actuar como lo está haciendo.

"Si me quieren investigar pues aquí estoy. Mañana mismo voy a explicar mis razones. Cada uno hace su trabajo, yo soy un empleado público, un ministro del Interior y me ocupo de seguridad", dijo.

Aseguró que su objetivo es imitar la controvertida política migratoria aplicada en Australia, el llamado programa 'No Way', que prohíbe la entrada de los inmigrantes indocumentados. "Ningún inmigrante socorrido en el mar pone un pie en Australia", sentenció.

Críticas de las oenegés

Las oenegés Médicos Sin Fronteras (MSF) y Save the Children también criticaron hoy que el Ejecutivo italiano siga manteniendo retenidas a estas personas y afirmaron que esta situación de incertidumbre debe acabar.

La portavoz de Save the Children, Giovanna Di Benedetto, explicó a EFE que su organización y otras humanitarias en Catania atendieron el miércoles a los menores que ya están en Italia y les explicaron qué situación les espera ahora en el país, donde serán trasladados a centros de atención a inmigrantes y refugiados y después se buscará a familiares que vivan en otros países europeos.

Por su parte, la psicóloga de MSF Nathalie Leiba declaró en un vídeo que los menores se encontraban "cansados, exhaustos" y confundidos, porque "sabían que había habido algún problema y por eso no habían desembarcado, pero no habían entendido de qué se trataba".

Dijo además que muchos contaron que habían vivido "periodos de retención en Libia largos, de más de un año, en los que sufrieron violencia física y torturas".