Tic tac, tic tac, tic tac. La cuenta atrás de la supresión total de las reválidas comenzó este martes con la toma en consideración por parte del Congreso de una proposición de ley por la que se suspende el calendario de implantación de la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE). Todos los grupos han apoyado la iniciativa salvo un PP contra las cuerdas que ha tenido que aguantar un auténtico chaparrón de críticas contra la polémica ley Wert y que ha presenciado en directo la primera derrota parlamentaria del Gobierno de Rajoy, por 208 votos contra 133 y dos abstenciones.

En un hecho muy poco habitual, el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, no solo ha asistido al debate sino que ha intervenido al final para defender las polémicas evaluaciones aunque se ha mostrado «abierto» a cambios en función del «acuerdo» que se alcance en la reunión que el próximo 28 mantendrá con las comunidades autónomas. «Acuerdo» que luego se traducirá, según el ministro, en un decreto ley que deberá convalidar el Congreso. El ministro defenderá ante las autonomías su propuesta de que los exámenes se lleven a cabo sin efectos académicos y que la reválida de 2º de Bachillerato sea una especie de sucedáneo de la selectividad, pero si la mantiene será difícil llegar a ningún tipo de acuerdo porque la gran mayoría de las comunidades exigen la supresión total.

ANULAR LAS PRUEBAS // El portavoz socialista Antonio Hernando se lo ha dejado al ministro muy claro tras finalizar el debate: «No queremos suspender los efectos académicos de las pruebas, queremos que esas pruebas no existan. Las ocho autonomías donde gobernamos así lo exigirán en la Conferencia Sectorial y si nos traen un decreto al Congreso, no se lo convalidaremos, tenemos suficiente mayoría para hacerlo, como se ha visto hoy», advirtió con el parlamentario socialista.

Méndez de Vigo puso en duda que la iniciativa aprobada vaya a tener «efectos inmediatos». Al fin y al cabo se trata de una toma en consideración y a partir de ahora debe superar una farragosa tramitación a la que el PP podrá muchas trabas, utilizando, por ejemplo, la mayoría absoluta de que dispone en el Senado. Hernando, sin embargo, se mostró optimista y cree que se podrá estampar «pronto» en el BOE.

La propuesta aprobada es similar a la que los socialistas promovieron el pasado abril, pero que quedó sin efecto por las elecciones de junio. El debate de la iniciativa fue vetado el pasado mes de octubre por el Gobierno, al considerar que iba a suponer una pérdida de ingresos de casi 615 millones de euros, provenientes de Fondos Europeos. El Ejecutivo alegaba que la paralización de la LOMCE le llevaría a asumir dicha cantidad de las arcas del Estado, en compromiso con lo invertido hasta ahora por las comunidades autónomas para ponerla en marcha. La Mesa del Congreso, con el voto en contra del PP, desoyó el veto del Ejecutivo.

En cuanto a Ciudadanos, su portavoz de Educación, Marta Martín, justificó su voto favorable en que la iniciativa socialista recogía su pacto con el PSOE de la anterior legislatura y el del PP en la actual. Pese a apoyarla, Unidos Podemos consideró «insuficiente» la propuesta. El objetivo debería ser «derogar toda la LOMCE», dijo su portavoz de Educación, Javier Sánchez. H