Los orangutanes son los mamíferos con el periodo de lactancia más prolongado, ya que pueden prolongar el destete hasta entre ocho y nueve años, con fluctuaciones a partir del primer año que coinciden con los momentos en que tienen poca disponibilidad para acceder a frutos.

Esta es la conclusión principal de un trabajo realizado por cinco investigadores y liderado por la Escuela Icahn de Medicina en Monte Sinaí (Estados Unidos) y la Universidad Griffith (Australia). El estudio, publicado en la revista 'Science Advances' y recogido por Servimedia, se basó en el análisis de los niveles de bario en los dientes de cuatro orangutanes salvajes de más de un año de vida.

La lactancia es difícil de estudiar en los primates arbóreos debido a los retos que supone observar este comportamiento en su entorno natural. Para resolver estos desafíos, los investigadores reconstruyeron las historias de la dieta de cuatro orangutanes silvestres usando sus dientes como biomarcadores.

Los patrones de crecimiento de los dientes, que se asemejan a los anillos de los árboles, permiten a los investigadores determinar las concentraciones de elementos maternos con el paso del tiempo, lo que da información sobre la lactancia y la dieta.

Así, examinaron los niveles del elemento bario en muestras de dientes de orangutanes de Sumatra y de Borneo, y detectaron que consumían leche materna exclusivamente durante su primer año de vida.

EN PELIGRO DE EXTINCIÓN

Después, los dientes indicaban ciclos que alternaban entre un mayor y un menor consumo de leche que se prolongaron hasta los ocho o nueve años, una edad de destete superior a la de cualquier otro primate.

Los investigadores creen que eso se debe a la cambiante e impredecible disponibilidad de frutos, lo que lleva a los orangutanes jóvenes a confiar en la leche materna durante un periodo de tiempo más largo.

De hecho, uno de los orangutanes analizados siguió tomando leche materna hasta los 8,8 años y una hembra dejó de hacerlo a los 8,1 años. Se trata de la edad máxima de destete documentada encualquier primate no humano.

Este hallazgo podría tener implicaciones significativas para la gestión de primates en peligro de extinción con tasas de reproducción lentas, como los orangutanes de Sumatra y Borneo, cuyas historias de vida son poco conocidas.