Las negociaciones que David Serrano, dueño de la finca donde murió el pequeño Julen Roselló, emprendió para lograr un acuerdo que evitase llegar a juicio han prosperado apenas un día antes de que comience la vista oral. Fuentes judiciales han confirmado el acuerdo alcanzado por el único acusado del homicidio imprudente del menor, que aceptaría una condena de cárcel inferior a los tres años y medio de prisión solicitados inicialmente y el pago de una indemnización.

Tras el visto bueno de la Fiscalía, ahora será el juez encargado de enjuiciar el caso quien deba dictar sentencia de conformidad, aunque falta por si antes de mañana o nada más conformarse la sala. Serrano se enfrentaba a penas de entre tres años y tres años y medio como único acusado por la muerte del niño el 13 de enero de 2019 en calidad de dueño de la parcela donde estaba el pozo, que según desveló la investigación no contaba con los permisos.

También había dudas de si estaba o no tapado. En virtud de este pacto, Serrano se declara culpable del delito de homicidio imprudente, pero se reduce la pena a un año de cárcel. Dada la ausencia de antecedentes penales, no tendrá que pisar la prisión, aunque todo queda a expensas del pago de la indemnización a los padres en concepto de responsabilidad civil, dado que Serrano se había declarado insolvente.