Bruce y Schrell Hopkins, los padres que han convivido durante un mes con el cadaver de su hijo de siete años en su domicilio, han llegado a los juzgados de Girona sobre las ocho de la mañana conducidos por los Mossos en un coche que ha entrado por el parking del edificio.

Los padres, detenidos por un delito de homicidio imprudente el martes pasado, tienen que declarar esta mañana en el juzgado de instruccion número dos de Girona, que es el encargado del caso. Pasaron también una evaluación psiquiátrica para ver si estaban en condiciones de declarar. La declaración judicial se efectúa con la ayuda de intérpretes porque los detenidos no hablan ni castellano ni catalán.

Ambos deberán aclarar las circunstancias de la muerte del niño y por qué ocultaron su cadáver durante tanto tiempo. La autopsia no ha evidenciado signos de muerte violenta, aunque sus resultados son todavía provisionales. La analítica deberá demostrar si ingirió algún tipo de tóxico o medicamento que le provocara la muerte.

La familia, en la que hay dos hijos adolescentes, hacía casi dos años que residía en un duplex en un barrio acomodado en las afueras de Girona, en el barrio de Sant Pau. Según sus parientes de Detroit, donde nació Bruce y conoció a Schrell, no se explican los sucedido.