«No puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza, vergüenza que siento por el daño irreparable causado a niños por ministros de la Iglesia», dijo ayer el papa Francisco durante su encuentro con la presidenta saliente de Chile, Michelle Bachelet. «Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se repita», añadió el Pontífice, quien inició el lunes en Santiago su sexta gira pastoral latinoamericana, que lo llevará también a Perú. E.G.