Un pariente de los cuatro miembros de una familia brasileña cuyos cuerpos aparecieron descuartizados en Guadalajara el pasado fin de semana ha negado que los asesinados tuvieran cualquier relación con el tráfico de drogas.

Los cuerpos de los fallecidos, Marcos Campos Nogueira y Janaína Santos Américo, ambos de 39 años, y sus dos hijos, una niña de 4 años y un niño de 1, que nació en España, fueron localizados en un chalet de Pioz (Guadalajara) y estaban repartidos en bolsas.

Un hermano de Marcos, Valfran Campos, afirma al diario digital El Español que hay que buscar el móvil del crimen “en el sitio que trabajó” su hermano. “La solución creo que está ahí. Las personas que estaban cerca sabían alguna cosa”, dice en relación al restaurante en el que trabajaba Marcos. H