El presunto pederasta de Ciudad Lineal, Antonio Ortiz,prevé negarse a declarar al inicio del juicio que arranca este martes en la Audiencia Provincial de Madrid por las agresiones sexuales a niñas de entre cinco y nueve años que se le imputan cometidas entre 2013 y 2014, han informado a Europa Press fuentes jurídicas.

La Sección Séptima juzgará a Ortiz por la comisión de cuatro delitos de agresión sexual, cuatro delitos de detención ilegal y uno de lesiones, hechos por los que afronta penas de entre 26 y 126 años de cárcel.

La previsión del acusado, actualmente en prisión provisional, es no declarar ni ante el fiscal ni ante las acusaciones. Tampoco lo hará en un principio ante su abogado defensor. Desde su detención, el procesado mantiene su inocencia. Su abogado reclama la libre absolución.

La Sección Séptima será la encargada de juzgar los hechos, con la presidenta María Luisa Aparicio al mando de las sesiones. Es la misma Sala que juzgó el caso Madrid Arena. El juicio se celebra dos años después de que Ortiz fuera detenido en Santander, donde se refugió en casa de unos familiares para huir del cerco policial.

El Ministerio Público solicita una pena de 77 años y seis meses de prisión, además de indemnizaciones a las víctimas.

Según el fiscal, una vez cumplidas las penas de prisión, se impondrá al procesado, por cada uno de los cuatro delitos de agresión sexual, la medida de libertad vigilada durante un periodo de diez años. Según el Código Penal vigente en la fecha de la comisión de los hechos el límite máximo de cumplimiento efectivo de la condena será de veinticinco años.

ENGAÑOS PARA VIOLAR A NIÑAS

La primera agresión que se atribuye a Antonio O. sucedió el 24 de septiembre de 2013, cuando abordó a una niña de cinco años en un parque infantil y la engañó diciéndole que conocía a su madre y que tenía que darle unas bolsas. Una vez en el interior del vehículo al que la llevó, supuestamente abusó de la niña antes de abandonarla en una caseta de jardinería, donde dos personas la auxiliaron y la llevaron a su domicilio.

La siguiente agresión ocurrió el 10 de abril de 2014, cuando una niña de nueve años salía con dos amigas de una tienda de chucherías del barrio de Ciudad Lineal y el procesado la engañó prometiéndole que le regalaría ropa. También en el interior del vehículo la drogó y la condujo hasta un inmueble donde la agredió sexualmente. Después, y para eliminar pruebas, duchó a la pequeña para abandonarla posteriormente en una parada de Metro.

Más tarde, el 17 de junio, volvió a persuadir con engaños a una niña, en esta ocasión de seis años, consiguió llevarla hasta un lugar apartado, donde consumó la agresión sexual. También en este caso obligó a la menor a lavarse todo el cuerpo en la ducha antes de abandonarla en plena calle.

SECUELAS FÍSICAS Y PSÍQUICAS

Dos meses después, el 22 de agosto, abordó a otra niña de 7 años en un momento en el que se separó de su hermano y de su tío con quienes jugaba en las inmediaciones de un parque. Con la excusa de dar una sorpresa a su abuelo, la introdujo en su coche y la condujo a un descampado para agredirla sexualmente antes de abandonarla. Todas las menores víctimas presentan un cuadro de secuelas físicas y psíquicas de diversa consideración.

Las defensas de las acusaciones particulares demandan entre 26 y 126 años de cárcel mientras que entre las acusaciones populares, la asociación de Mujeres Clara Campoamor pide 78 años y seis meses de cárcel y la asociación Laxshimi reclama 115 años y tres meses de cárcel.