Más de cuatro décadas después del inicio de la ‘guerra contra las drogas’, proliferan los experimentos para abordar el problema de una forma nueva, más enfocada en la regulación que en la criminalización, pero los cambios solo se están aplicando en un puñado de países y el panorama general apenas ha variado. “La prohibición ha fracasado”, ha dicho esta mañana el médico francés Michael Kazatchkine, quien fuera presidente del Fondo Global para la Lucha contra el Sida. “Ha aumentado la producción de drogas, son cada vez más fáciles de obtener y las usa un mayor número de personas”. Kazatchkine forma parte de la Comisión Global de Política de Drogas, una organización civil que ha vuelto a reclamar este lunes en Washington la despenalización del consumo de los narcóticos.

La Comisión Global está integrada por ex jefes de Estado como el colombiano César Gaviria, el portugués Jorge Sampaio o el mexicano Ernesto Zedillo; exdiplomáticos como Kofi Annan, Javier Solana o George Shultz; empresarios como Richard Branson; y escritores como Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa. Aunque ninguno tiene ya poderes ejecutivos, son parte del creciente debate global para acabar con la prohibición y este lunes han presentado su último informe. El documento no solo reclama el fin de las penas para los consumidores, sino también para los productores, incluidas las multas administrativas. “La criminalización, incluso cuando se trata de sanciones administrativas, no es buena”, ha dicho el ex presidente colombiano César Gaviria durante la presentación. “Crean estigma, generan dificultades para obtener un empleo y en algunos casos acaban destruyendo familias”.

ALTERNATIVAS

Como alternativa a la prohibición, que genera “abusos de los derechos humanos”, alimenta a las mafias y “fomenta enfermedades como la hepatitis y el sida” por las dificultades de inyectarse en condiciones seguras, la Comisión Global apuesta por regular las drogas. Y se apoya en los resultados de países que han apostado por la despenalización. En la Republica Checa, el índice de sida entre las personas que se inyectan drogas es inferior al 1% y el número de sobredosis se ha reducido substancialmente. En Portugal, ha caído en un tercio la criminalidad asociada a los narcóticos. Y, en Holanda, el uso de ‘drogas duras” es bastante inferior al de otros países industrializados, según el informe.

La Comisión Global reconoce que se enfrenta a una tarea titánica, dado que no hay todavía consenso global para cambiar la aproximación a las drogas y que las Convenciones de Naciones Unidas siguen apostando por la erradicación de los narcóticos y la lucha policial. En un tercio de los países, el consumo de drogas es todavía punible con la pena de muerte.