El alcalde de Coripe (Sevilla), donde el Domingo de Resurrección se quemó una figura que representaba a la asesina confesa del niño Gabriel Cruz, ha pedido perdón a los padres del pequeño por «el revuelo que se ha formado» y asegura que en su pueblo no son «racistas». Antonio Pérez defiende la tradición de la Quema de Judas, según la cuál se prende fuego a una figura que representa a alguien conocido por haber realizado alguna mala acción y que se mantiene en secreto. EFE