Durante 4.500 años, la pirámide de Keops, considerada una de las siete maravillas del Mundo Antiguo, ha escondido una sorpresa en su corazón. Los científicos anunciaron ayer que han descubierto una enorme cavidad en el interior del monumento funerario «tan grande» como «un avión de 200 plazas», según afirma Mehdi Tayoubi, codirector del proyecto ScanPyramids, organismo que está detrás del importante descubrimiento.

Desde finales del 2015, la investigación, liderada por expertos de Japón, Francia, Canadá y Egipto, explora con tecnología no invasiva el vientre del templo con el fin de encontrar huecos o estructuras que permitan aprender y entender cómo llegó a construirse la pirámide, algo que siempre ha estado envuelto de misterio. «Hay muchas teorías sobre la existencia de cámaras secretas en la pirámide, y si las juntamos, ¡obtendríamos un Gruyère!», según Tayoubi. «Pero ninguna de las teorías predijo la existencia de algo tan grande», agrega.

Según el estudio publicado por Nature, el big void (gran vacío), como los investigadores eligieron llamarlo, es de al menos 30 metros de largo y tiene características similares a las de la sala más grande conocida de la pirámide. Está a unos 40 o 50 metros de la habitación de la Reina. «Está completamente sellado, nada se ha tocado desde la construcción de la pirámide. Se trata de un descubrimiento muy emocionante», a juicio de Kunihiro Morishima, científico de la Universidad de Nagoya en Japón y codirector de la misión de ScanPyramids.

DIFÍCIL ACCESO // Para llegar a la cavidad, se han utilizado muones (partículas elementales masivas de alta energía generadas cuando los rayos cósmicos colisionan con nuestra atmósfera), y para evitar controversias, la existencia de este enorme espacio ha sido confirmado por tres técnicas diferentes de detección de muones a través de tres institutos: la Universidad de Nagoya, el laboratorio japonés KEK y el CEA francés.

La cavidad, bautizada como ScanPyramids big void, fue observada por primera vez gracias al uso de «películas de emulsión nuclear instaladas en la Cámara de la Reina», que fueron examinadas en la Universidad de Nagoya. Expertos de la Organización de Investigación del Acelerador de Alta Energía KEK, en Tsukuba (Japón), confirmaron después su existencia con un detector de rayos cósmicos u hodoscopio, también instalado en la Cámara de la Reina. Y por último, este hallazgo fue refrendado con detectores de gases instalados en el exterior de la pirámide por la Comisión Francesa de Energía Atómica (CEA) de la Universidad París Saclay.

Lo que sigue siendo un secreto es el porqué de la cavidad y su contenido. Podría ser «una sucesión de habitaciones contiguas, un gran corredor horizontal, una segunda gran galería...», apunta Tayoubi. Mientras que Morishima reconoce que no se puede saber «si contiene objetos, de ser así serían demasiado pequeños para ser detectados por este tipo de imágenes». Será difícil resolver el secreto porque llegar a la cavidad no será fácil: «Estamos pensando en métodos ligeros y no destructivos», apuntan los científicos.