El catedrático de la Universitat Politècnica de Catalunya, Joaquim Casal, con más de 40 años de experiencia en el análisis de riesgo en industrias químicas, califica la explosión en el polígono sur de Tarragona de «extraordinaria». «Que un trozo de chapa, que según apuntan pesa 800 kilos, haya salido disparada más de dos kilómetros es un hecho del que no me constan precedentes», asegura. Ni siquiera en México, donde se produjo un grave accidente se alcanzaron longitudes similares. Allí se llegó a los 1.200 metros.

«La energía liberada por la explosión es lo que provocó que la placa saliera disparada a gran velocidad y acabara impactando contra el edificio», añade Núria Salan Ballesteros, investigadora en el departamento de Ciencia e Ingeniería de Materiales de la UPC. El fuerte impacto contra el edificio, de hecho, denota cómo la pieza se vio frenada por la fachada. De no ser por esto hubiera caído aún más lejos.